Los dos hombres senegaleses que defendieron a Samuel Luiz de sus agresores durante la madrugada del 3 de julio, Ibrahima y Magatte, declararon en sede judicial y también ante la Policía Nacional, que la "jauría humana", según consta en el sumario del caso, que agredió a Samuel; solo paró cuando vio las luces de los coches de la Policía Nacional que se acercaba a la zona.
La agresión, según relataron también otros testigos, ya se había iniciado cuando ellos llegaron. Ambos refirieron que la botella de cristal ya estaba rota cuando decidieron intervenir en el andén de Riazor y que la agresión solo cesó cuando los implicados vieron y oyeron que se acercaban las patrullas de la Policía desde la zona del Orzán.
En ese momento, Ibrahima ya estaba protegiendo a Samuel y Magatte, intentando evitar que los agresores se acercasen. Había conseguido trasladar al joven a la avenida de Buenos Aires, número 2. Fueron seis minutos de paliza continua, según relataron los testigos presenciales e implicados y como revelan también las cámaras de vigilancia de la zona.
La primera patrulla que llegó a la zona fue del 092, que realizó una intervención. Después pasó la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación, que continúa abierta. Por el momento hay seis detenidos, cinco privados de libertad (tres adultos y dos menores) desde el 9 de julio, mientras que otra persona sigue en libertad vigilada.
No se descartan más detenciones
La Policía Nacional no descarta que se produzcan más detenciones, ya que todavía está esperando el resultado de las pruebas de ADN que los agentes confían que lleguen a principios de septiembre.y el análisis de los teléfonos móviles de los detenidos y su contenido, ya que tiene autorización para el volcado, incluyendo fotos y vídeos.
Los agentes prevén también recibir información valiosa de la recuperación de los mensajes que les consta que los implicados en la pelea borraron aquella noche, que aparecen en aplicaciones de mensajería móvil.
Ibrahima y Magatte aseguraron que cuando llegaron a la zona de Rizaron había muchos jóvenes, "más de cuatro" encima de un chico y que, al ver que estaba "sufriendo" y recibiendo patadas, fue cuando decidieron intervenir. Ibrahima levantó a Samuel del suelo y Magatte se puso delante de él, con los brazos estirados, para que los agresores no le volvieran a agredir.
En su declaración, Magatte asegura que iba de espaldas a Samuel y a Ibrahima cuando cruzaron la carretera, intentando contener al grupo que, entonces, ya había alcanzado un total de siete personas. Magatte aclaró que algunos agresores consiguieron escaparse de su protección, por lo que se formó un segundo grupo que alcanzó a ambos.
Ambos aseguran que no vieron armas ni botellas, solo puñetazos y patadas, aunque también especifican su interés en contener los golpes, por lo que su atención estaba distraída en ese momento. Ibrahima declaró que Samuel no se detenía, "ni siquiera levantaba los brazos", cuando él le ayudó a cruzar la calle, cree que "no sabía defenderse", ya entonces cuando lo levantó por primera vez del suelo, le ayudó a caminar porque no conseguía sostenerse bien.
Por estos hechos, todos los detenidos están siendo investigados por homicidio o asesinato. El cuarto arrestado, además, tiene un delito de apropiación indebida por el robo del móvil que, según un testigo, habría intentado vender a un tercero.
El sumario también incorpora declaraciones de las amigas de la víctima, que afirmaron que habían llamado "maricón" al joven antes de agredirle. Otro testigo afirmó: "Me estás grabando o que me estás granado maricón, o algo así", en relación a Samuel, señaló en sede judicial. Este hombre señaló que, pese a haber bebido, recuerda que la novia del primer detenido se interpuso para que Lina, amiga de Samuel, no pudiese parar la agresión y le dijo: "Apártate o qué, no pintas nada aquí".
También aseguró que Samuel no había hecho nada para que le pegasen y que al detenido "se le veía en la cara que tenía ganas de pegarse".
