Las imágenes no dejan lugar a duda. Una mujer negra se disponía a viajar desde Barcelona hacia Londres en un avión de Ryanair, cuando de repente vivió una situación que, seguramente, tardará en olvidar.
Todo comenzó cuando el agresor accedió a la aeronave. Iba a sentarse al lado de la mujer, por lo que solicitó espacio para poder acceder a su butaca. Según relatan los testigos, la hija de la víctima, que se encontraba en un asiento cercano, pidió paciencia, ya que la mujer sufre problemas de movilidad.
Inmediatamente, la persona que se encontraba en el asiento pegado a la ventanilla comenzó a increpar a la mujer. Las palabras empleadas fueron, entre otras, "negra fea bastarda" o "a mí no me hablas en un idioma extranjero, puta vaca fea estúpida". Además, llegó a amenazarla con empujarla a otro asiento si ella no abandonaba el lugar que le habían asignado en su billete.
Ante la situación, el personal se acercó hacia el lugar de los hechos, aunque su actuación ha sido cuestionada: no recriminaron la actitud del agresor o, incluso, expulsarle de la aeronave (tal y como pidieron algunos viajeros).
¿Quién tuvo que abandonar su asiento? Sí, la mujer
La responsabilidad cayó sobre la mujer: el personal le ofreció cambiarse de asiento para evitar más insultos. Y ella, ante la actitud del hombre, que no cede en ningún momento, finalmente ella se ve obligada a abandonarlo, mientras que el agresor continúa sentado tranquilamente en su sitio.
Finalmente, el azafato se dirige al autor de los insultos para comunicarle que va a hablar con el supervisor para valorar si se toman medidas. Según los testigos, no hubo ninguna represalia, por lo que el viajero pudo volar hacia Londres sin ningún problema y en el asiento que tenía previamente asignado.
