Un joven de 19 años de origen marroquí y solicitante de asilo ha sido agredido en el barrio de Vallecas. Su agresor, un hombre, le preguntó si era "maricón" y, acto seguido, actuó violentamente, incluyendo una puñalada en el brazo por la que tuvo que recibir cinco puntos de sutura.
La asociación Kif Kif ha condenado los hechos: "Denunciamos una brutal agresión homófoba con arma en Vallecas, en las inmediaciones del Centro Temporal de Acogida para solicitantes de asilo Las Caracolas, en Madrid. La víctima, un refugiado LGTBI, recibió heridas de arma blanca que requirió de varios puntos de sutura", ha denunciado la organización a través de Twitter.
El agresor se acercó a su víctima, a la que previamente no conocía. A partir de entonces y, de manera despectiva, empezó a espetar la palabra "maricón". El joven, ahora, tiene temor: "Me siento realmente mal y en shock, porque huir de este tipo de agresiones es lo que me trajo a España para solicitar asilo. Que estas cosas me ocurran en España es algo traumático porque me hace revivir las situaciones que vivía en Marruecos y sentir en un contexto inseguro", denuncia en declaraciones a El Diario.
El joven ya había tenido que vivir encarcelado durante seis meses en Marruecos en aplicación de la ley que penaliza a la homosexualidad. "Viví muchos episodios de discriminación social, familiar y demás", rememora.
????Denunciamos una brutal agresión homófoba con arma arma en #Vallecas, en las inmediaciones del Centro Temporal de Acogida para solicitantes de asilo #LasCaracolas, en #Madrid. La víctima, #refugiado #LGTBI, recibió heridas de arma blanca que requirió de varios puntos de sutura. pic.twitter.com/7adLFFZOuv
— Kifkif (@Kifkif_iguales) December 27, 2020
La situación en su país de origen no fue nada fácil: "Era un contexto muy conservador y religioso. Yo desde pequeño tengo mucha pluma, se me nota que soy gay. Eso me dio muchos problemas, me encerraban en una habitación, no me dejaban salir en días. Mi madre me intentaba proteger pero en una sociedad tan machista poco podía hacer, la pobre. El incidente que más me traumatizó fue cuando un familiar muy próximo quiso tener relaciones sexuales conmigo de forma no consentida".
A la espera de comenzar una nueva vida en España
La vida en España no está siendo un camino de rosas, ya que no consigue regularizar su situación y la discriminación persiste como una losa: "Lo que sueño es que se resuelvan mis papeles, encontrar un trabajo, que nadie me discrimine y volver a ver a mi madre, no la veo desde enero de 2019".
El joven, que no quiere revelar su identidad por motivos obvios, cuenta que "solo tengo estudios de Secundaria en Marruecos, porque sufría bullying en la escuela y en el instituto. Lo que más me gustaría y me encanta hacerlo, es trabajar de peluquero".
Ahora espera poder empezar una vida de normalidad, después de todas las dificultades que ha vivido para entrar en nuestro país y, también, las que ha vivido dentro: "Hice varios intentos de llegar. El primero, que no resultó, fue entrar por Melilla. Al final vine en una patera. Tuve que pagar 3.000 euros. Estuvimos tres días en la patera, fue un viaje muy complicado. Cuando llegué a Algeciras me metieron en un centro donde sufrí también discriminación por parte de mis compañeros. Me fui de ese centro y solicité asilo".