Raquel y Patricia tienen 22 y 24 años y han denunciado en redes sociales la agresión homófoba que se produjo contra ellas el pasado 4 de diciembre, cuando la pareja se encontraba disfrutando con unas amigas de una noche de fiesta.
Los hechos ocurrieron en Motril, localidad donde viven, cuando las dos chicas se encontraban a las puertas de un pub situado en el Paseo de las Explanadas. Sobre las tres de la mañana las dos jóvenes salieron un momento y cuando decidieron volver a entrar al local, otro joven al que no conocían de nada les impidió el paso. "Nos dijo: '¿Dónde vais?', que yo no soy homófobo ni os voy a tirar la caña'. Y nos quedamos a cuadros con el comentario", explica Patricia.
"Le dijimos que queríamos volver dentro sin más y, de pronto, me empujó y me dijo que me hacía falta una buena polla, que así me tranquilizaría", sigue contando. Acto seguido su pareja salió a defenderla y el joven empezó a propinar varios golpes a las dos chicas. Según ellas, primero propinó golpes a Raquel hasta dejarla en el suelo y Patricia recibió otro golpe en la boca. Otra amiga que se encontraba también fuera con ellas intentó ayudarlas, pero no pudo hacer nada y se llevó también un empujón.
Después, el hombre siguió con la agresión. Tras darle varias patadas a Raquel, cogió una botella de cerveza y se la estampó en la cabeza, afortunadamente no le provocó ningún corte. En ese momento Raquel perdió la conciencia durante unos instantes, pero la recuperó justo para oír como los amigos del joven le decían "Te has pasado".
El chico salió inmediatamente corriendo y la pareja tuvo que recibir asistencia médica. Raquel y Patricia interpusieron una denuncia ante la Policía y de hecho se reencontraron con su agresor en un juicio rápido que tuvo lugar el pasado martes 7 de diciembre.
Delito de odio
Ahora, las dos jóvenes esperan que se juzgue al agresor por delito de odio: "No hubo siquiera disputa previa. Dijo que me hacía falta un hombre y empezó a pegarnos. Dime qué otra razón más allá de que somos lesbianas puede haber. No nos conocía de nada", explica Patricia.
Denunciando este hecho públicamente, las dos jóvenes quieren que su testimonio ayude a otras personas en su misma situación a denunciar las agresiones que sufran: "Esperamos que nuestra experiencia dé valor al resto para que estos hechos no queden impunes ".
Y añaden: "Otra pareja de amigas lesbianas nos aconsejó que, por seguridad, no nos diéramos la mano o demostráramos tenernos cariño por la calle, tal y como ellas hacen, pero no nos parece bien. No queremos tener que escondernos ni desnormalizar algo que es completamente natural, querer a tu pareja y demostrarlo con libertad. Medir si besas o le coges la mano a alguien en público no es vida. Yo no quiero volver a sentir miedo".