Tres adolescentes han sido detenidos tras asesinar a tiros a un repartidor de pizza en Indianápolis. Los acusados aprovecharon su ataque para robar la cartera y el pedido de comida rápida que portaba la víctima.
Los acusados son Juwan Terry, un joven de 18 años, Jason Epeards (18) y Jasean Dale (19). Todos se encuentran en prisión a la espera de la celebración del juicio por el asesinato de su víctima, identificada por el nombre de LaVon Drake, tal y como relata FOX News.
Suspects went home 'to eat the pizza' after robbing, killing delivery driver. Don't be shocked. These animals are everywhere. God Bless this country and our 2nd Amendment. Carry concealed and Train, Train, Train. The threat is always there. # @realDonaldTrump@LouDobbs@PressSecpic.twitter.com/Vtt2ct62DN
— MARS (@Fleetermouse) 24 de agosto de 2018
Drake se encontraba de libranza durante el día en el que perdió su vida, pero su puesto como gerente le había obligado a cubrir la falta de personal que enfrentaba la pizzería de la que formaba parte.
Sin embargo, con el paso de las horas, los trabajadores del local empezaron a preocuparse. Por ello, comprobaron la señal del dispositivo de GPS que incorporan todos sus vehículos y comprobaron cómo no había cambiado de posición en los últimos 40 minutos.
Por ello, uno de sus compañeros acudió a la zona y se encontró el coche vacío e inmóvil, por lo que decidió llamar a las autoridades. Con la búsqueda en marcha, a las 19:45 encontraron el cuerpo sin vida de la víctima y con dos impactos de bala.
Huyeron con la pizza y reconocieron los hechos
En el desarrollo de la investigación, fue clave el testimonio de un vecino que desencadenó la ola de detenciones. La persona en cuestión declaró ver a Drake dirigiéndose a una casa aledaña.
Según relató ante las autoridades, el trío de jóvenes regresó de la zonaarmados con un rifle y cargando una caja de pizzas. Cogieron un coche y abandonaron la zona, aunque el vecino tuvo tiempo para anotar la matrícula.
Cuando se verificó la placa, descubrieron que el coche estaba registrado a nombre de la madre del sospechoso, Jason Epeards. Al día siguiente, encontraron el coche aparcado en las cercanías de la vivienda y procedieron a detener a los responsables.
Todos ellos admitieron los hechos. Mientras tanto, familiares y allegados de la víctima organizaron una vigilia en su honor y una recogida de fondos para proporcionarle un entierro digno.