La adolescencia es una de las etapas más importantes de nuestras vidas. Los años en los que se forma nuestra personalidad. Cuando crees que la mayor transición de tu vida va a ser la de pasar de lápiz a boli en el colegio, BOOM, la edad del pavo. Y hay que superarla. Peor o mejor, pero el ser humano pasa sí o sí por una serie de cosas desde los 12 años hasta los 18. Puede que ahora tu biblia sea la GQ, o Vogue, o Lecturas, pero durante esos tiernos años, las revistas adolescentes son tu guía en la vida, el lugar donde resolver tus dudas y estar al día de las noticias importantes de verdad, como el nuevo corte de pelo de Zayn Malik o los truquitos con las chicas de los Auryn. Y si hablamos de revistas adolescentes, hay una reina indiscutible, por encima de Bravo, Loka o Top Music, y esa es Súper Pop. Desde que nació en 1977 ha estado presente en la vida de todas las adolescentes españolas con sus test, sus pósters y sus regalos maravillosos, como el anillo que cambia de color según lo enamorado que esté de ti el chico de la última fila. Súper Pop nos hizo, hace y hará muy felices, y si hay que hablar de adolescencia, qué mejor que hacerlo a través de ella.
1 La inocencia
Cuando tienes 14 años crees que eres súper mayor, dejas de comprar en Zara Kids y te pasas a la planta de MUJER, miras con condescendencia a esas crías de 13 y sabes que pronto serás como esas chicas de 15 que han salido ya por la noche hasta la una de la mañana a celebrar el cumpleaños de la mayor del grupo, la que cumple los años en enero. Pero en el fondo sigues siendo una niña inocente que se enamora de los chicos guapos que salen en la tele.
2 La esquizofrenia maquillada
Ay, el amor. Que te cruzabas con él en el pasillo del insti, te decía "hola" y te sonreía y ya pensabas que lo vuestro iba a ser eterno, que seríais como Marcos y Eva y romperíais todas las barreras que se interpusiesen en vuestro camino. Que os escaparíais de casa para ser felices, al menos hasta las 10, que es cuando tu madre tenía la cena en la mesa. Que no se alteraría nada de nada mientras llama a la policía para decirle que una loca lleva todo el día siguiéndole. Y que incluso te perdonaría, porque una orden de alejamiento hace que seas mejor persona. Ay, el amor.
3 Los ídolos incomprensibles
Si algo caracteriza a la Súper Pop es lo que nos acerca a nuestros ídolos. Porque si eres adolescente tienes ídolos, y eso es así. Cantantes, actores, cantantes que actúan, actores que cantan. Gente guapa que monopoliza tu pared y tu carpeta. O gente que tú ves guapa porque eres fan y ser fan tiene un efecto parecido al de cinco copas: ves a la gente más atractiva de lo que es. Pero no hay que quedarse en lo superficial, porque también pueden enamorarte por su sentido del humor. Con Andy y Lucas no pasaba ninguna de las dos cosas.
4 El drama
La adolescencia es sinónimo de drama. Todo te parece horrible y lo peor que te ha pasado en la vida. No te entiendes con tus padres, no te entiendes con los profesores y casi ni te entiendes con tus amigas. El mundo está en tu contra y no sabes qué hacer ni cómo enfrentarte a ello. ¿La solución? El consultorio de Súper Pop. Siempre.
5 La confusión
¿Te acuerdas esas tres semanas en las que fuiste emo y te ponías Evanescence y The Rasmus todo el rato? Qué tiempos, eh. Las tribus urbanas llegaban todas a la vez y había que decantarse por una. Y tú estás ahí, tan tranquila con tus uñas pintadas de negro, cuando de repente descubres que se lleva el rap y te sientes perdida. Pero no pasa nada, porque tu revista favorita te trae una guía rápida de cómo hablar y comportarte en tu nuevo modo de vida.
6 Las dedicatorias en la agenda de clase
Ir al colegio/instituto para aprender y formarte está muy bien, pero hablemos de su función principal: la de crearte una vida social. No ibas a ninguna parte ni hacías nada sin tus amiguis, y era muy importante dejar claro todo el rato lo mucho que las querías. Les escribías cartas en las que les contabas cotilleos y si eran de la clase de al lado, te escapabas en el descanso entre Historia y Matemáticas y se la dabas. Luego que si suspensos. Pero una de las mayores muestras de sociabilidad teenager era la agenda. No eras nadie si no te la firmaban. Esa agenda forrada con las caras de los ídolos de los que hablaba antes, llena de dedicatorias llenas de profundidad como "Con cariño y pitorreo esta esquina te estropeo" y piropos como el que esta popera (es que si leías la Súper Pop te llamabas popera, ¿sabes?) dedicó a Miguel Ángel Muñoz. Poesía pura.
7 La moda
Aquí voy a romper una lanza a favor de los que fuimos adolescentes en los primeros 2000. Nadie ha sufrido tanto la moda como nosotros. Ahora las quinceañeras van todas muy monas con sus pantalones pitillo, sus camisas estampadas, sus crop tops y sus Vans. Pero si la E.S.O. o el Bachillerato te pillaron en 2003, nadie te libraba de los pantalones de campana, de las camisetas de una sola manga con dibujo de las Súpernenas, del camuflaje en todo tipo de prendas, de las zapatillas anchísimas que llevabas con los cordones sin atar para que pareciesen aún más anchas, de los calentadores, de los plumas y de las chaquetas de pana. #JeSuisAdolescentesDeLos2000
8 La música
Ahora eres muy indie, te haces todos los festivales, tienes de tono de llamada 'Love natural' de Crystal Fighters, en Twitter eres @MissHonolulu y estás súper enamorada de Chino de Supersubmarina. Pero todos sabemos que hace diez años te compraste los discos de La Oreja de Van Gogh, David Bisbal y Fran Perea, te descargaste el politono de 'No es lo mismo' de Alejandro Sanz, te sabías entera 'Down' de Junior, te volvías loca cada vez que ponían el videoclip de 'Sámbame' en MTV o 40TV, bailabas 'Loca' de Malena Gracia como el propio título de la canción indica y te morías por Dani Martín. No pasa nada. Todas hemos pasado por ello. Frente alta y a seguir.
9 La televisión que hace historia
Ser adolescente en los primeros años del siglo XXI tampoco fue tan malo. Vestíamos mal, sí, pero para compensar, vivimos momentos televisivos que han hecho historia con la emoción con la que vives las cosas cuando tienes catorce, quince o dieciséis años. Vivimos la relación de Bisbal y Chenoa, la de Marcos y Eva en Los Serrano, la de las t.A.T.u (bueno, o no). Vimos a María Isabel ganando Eurojunior, a Geno equivocándose en Tallin, el nacimiento de UPA Dance, nos quedamos sin saber dónde estaban los papeles de la paella y vimos a Fresita sufrir con la vaca de GH. Y todo ello dio lugar a páginas y páginas de esa revista que te comprabas cada quince días. Gracias por tanto, Súper Pop.