Adiós a la histórica tienda de Fnac en la plaza de Callao de Madrid. La multinacional francesa ha anunciado en un comunicado publicado este mismo viernes, 10 de enero, que cierra su emblemático establecimiento desde mañana, 11 de enero.
El motivo de esta clausura repentina son las obras de remodelación que se están desarrollando en el edificio que alberga la tienda, que está siendo sometido a una reforma integral para incorporar importantes novedades para los clientes.
La firma explica que las actuaciones buscan "mejorar la experiencia de los consumidores". A pesar de que estos trabajos de remodelación se conocían desde hacía varios años y se han desarrollado recientemente, se había planteado mantener abierto el centro durante todo el proceso de reforma y su funcionamiento parcial.
Aquellos consumidores que hayan realizado un pedido online con recogida en esta tienda y no lo hayan recibido en el momento de cierre, la empresa explica que deberán dirigirse a la tienda del grupo en la calle Goya (Calle de Goya, 42), donde se realizarán también los cambios y devoluciones.
El giro de Fnac y su cambio de modelo
El objetivo de la reforma busca aumentar la experiencia de la compra y no enfocarse tanto en el producto, precisamente cuando la firma busca hacer frente al auge de la venta online, con firmas como Amazon, El Corte Inglés o La Casa del Libro, que han priorizado el canal digital.
Esta reforma reducirá la presencia de la compañía, que pasará desde los 7.000 metros cuadrados actuales a tener unos 4.000, de los que el 70% se destinarán a superficie comercial. Esto permitirá dar paso a nuevas tiendas y una nueva oferta de restauración dentro del edificio. Se espera que el enclave de la marca pueda abrir de nuevo en el último cuatrimestre de 2025.
Competencia con El Corte Inglés de Callao
El giro de Fnac en Callao responde al modelo que ha implementado El Corte Inglés en el edificio próximo de Callao, donde también alberga algunos departamentos similares, como libros, informática e incluso música, que compiten frontalmente con el grupo francés.
El Corte Inglés ha reformado este edificio y ha enfocado su formato hacia las experiencias para conectar con las nuevas tendencias del mercado, así como atraer a nuevos consumidores dispuestos a conocer las novedades de los grandes almacenes.
Pero la principal fortaleza del giro ha sido su azotea, reconvertida en un imponente mirador repleto de restaurantes, que ofrece gratuitamente unas vistas inigualables del Palacio Real, la Gran Vía o el icónico cartel de Schweppes.
La enseña del triángulo verde ha conseguido de este modo erigir su centro comercial en un punto turístico que aparece como referencia en todas las guías por su singularidad y, de este modo, aumentar drásticamente el flujo hacia sus grandes almacenes.
De este modo, Fnac parece copiar este modelo e intentar competir en el mismo ámbito, con una ubicación privilegiada y un edificio que ofrece un gran potencial turístico por su situación y características. Precisamente este inmueble funcionaba como complemento al edificio donde ahora está El Corte Inglés, puesto que en el pasado ambos eran parte de las extintas Galerías Preciados.
