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Adiós a esta histórica cadena de cafeterías de Madrid: cierra por quiebra

La empresa justifica el cierre por falta de liquidez, aunque mantenía un conflicto laboral abierto con sus empleados.

Adiós a esta histórica cadena de cafeterías de Madrid: cierra por quiebra

Redacción

27 Marzo 2025 12:39

Adiós a una emblemática marca de cafeterías y pastelerías en Madrid. La cadena Embassy ha cerrado todos sus establecimientos en la capital sin previo aviso y la página web de la empresa ha dejado de estar operativa repentinamente.

La compañía ha justificado el repentino cierre en la "falta de liquidez", derivada de la subida de los costes de energía y las materias primas para sacar adelante el negocio. Además, ha argumentado que no fue capaz de recuperar las ventas previas a la pandemia del coronavirus.

El cese podría no ser del todo definitivo, aunque ningún negocio de la firma funciona en estos momentos. La empresa se encuentra en estos momentos en negociaciones con sus trabajadores y un empleado mantenía un conflicto laboral por el retraso en el pago de salarios, según ha publicado el diario El Mundo.

Desde 1931

La cadena de cafeterías Embassy fue fundada en 1931 por la británica Margarita Kearny Taylor, que impulsó este negocio junto a dos socios. El modelo se inspiraba en los salones de té de París, enfocándose en la época en la clientela femenina para tomar té con pasteles. Con el paso del tiempo, se erigió en una referencia de la confitería de alta gama.

El local más importante de la firma se ubica en La Castellana, aunque posteriormente comenzó a abrir otras sucursales por toda la ciudad. En 1975, Kearny Taylor vendió toda la red de cafeterías, pero se mantuvo como accionista hasta su fallecimiento.

Después de su muerte, se desvelaron algunos documentos que relacionaban la red de cafeterías con el espionaje, puesto que en aquella época coincidían ingleses, americanos y personalidades relacionadas con el nazismo dentro del establecimiento.

El salón se ubicaba cerca de las embajadas de Alemania y Reino Unido. Durante la Segunda Guerra Mundial, atraía a funcionarios y personalidades de ambos bandos y fue parte de una ruta de huida hacia Estados Unidos, Brasil o Argentina para refugiados judíos.

Con el paso de los años, la marca se consolidó entre el público de alto nivel económico de la capital, amantes de los dulces y los empleados de las bancas de inversión, aseguradoras o empresas de capital de riesgo que se ubican en el Paseo de la Castellana para concretar operaciones financieras.

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