Bernardo Montoya ha admitido que es el responsable de la muerte de Laura Luelmo. La confesión se ha dado durante el interrogatorio con la Guardia Civil en el cuartel de Valverde del Camino, que comenzó el pasado 18 de diciembre. Posteriormente, la autopsia ha confirmado que Luelmo fue víctima de una agresión sexual, según relata el diario El Mundo. Una premisa que el acusado ha negado durante todo el interrogatorio y que le llevaría a enfrentar una condena de prisión permanente revisable.
El interrogatorio se dio en presencia de del abogado del asesino confeso y hasta altas horas de la madrugada ha estado mintiendo, aportando diferentes versiones para intentar eludir su responsabilidad. Finalmente, fuentes de la investigación han confirmado que a primera hora del 19 de diciembre, "ha confesado".
Se desconoce qué parte del crimen ha admitido, pero es posible que durante las próximas horas el asesino confeso sea trasladado al lugar donde se halló el cuerpo semidesnudo de la profesora con claros signos de violencia.
Los vecinos advirtieron de que el asesino confeso la observaba
El Campillo, Huelva, es una pequeña localidad de 2.000 habitantes donde Laura Luelmo había sido destinada para trabajar como profesora interina. Ella vivía justo enfrente de Bernardo Montoya e incluso los vecinos sostienen que le habían visto observándola. La maestra zamorana incluso había advertido a su novio de que su vecino de enfrente la miraba e inquietaba.
El asesino confeso, por su parte, acababa de salir de prisión en octubre por ser responsable del asesinato de una anciana de 82 años de la localidad onubense de Cortagana. En 1995 Montoya asaltó la casa de la señora, que había interpuesto una denuncia contra él por haberlo sorprendido robando, y la asesinó con un machete.
En 2008 cometió otro ataque machista a una joven de 27 años que paseaba con su perro por El Campillo. Por suerte, el pastor alemán de la víctima impidió la violación, pero Bernardo Montoya le propinó una puñalada al animal.