Aterradora. Así fue la estampa que se encontró la Guardia Civil cuando acudió a la protectora Parque Animal de Torremolinos (Málaga) dando con cientos de perros y gatos muertos tirados por el suelo después de haber sido sacrificados con productos eutanásicos. En aquel lugar se llevaba a cabo una auténtica matanza, por lo que se ha acusado a la presidenta de la protectora de "exterminar" a casi 2.200 animales.
Se la acusa de aplicar personalmente producto eutanásico en dosis muy bajas para ahorrar. Además, lo inyectaba por vía distinta a la intravenosa, como viene prescrito, por lo que causaba una "lenta y dolorosa agonía" a los animales, tal y como informa laSexta.
El juicio ha comenzado y la procesada ha negado todas las acusaciones alegando que tiene fobia a las inyecciones y que solo usaba jeringuillas para dar medicina por vía oral afirmando, además, que ella es una auténtica "amante de los animales". "No me atrevo ni a cortarles las uñas, a mí lo que me importa es que estuvieran bien y arregladitos", ha declarado.
La presidenta de la protectora Parque Animal ha manifestado que eran los veterinarios los que decidían a qué animales había que practicarles la eutanasia y que ella intentaba que fueran "los mínimos". Sobre las acusaciones vertidas por varios trabajadores de la protectora, ha señalado que se producen por "venganza" debido a problemas laborales que han tenido con ella.
No es la única en el banquillo de los acusados, pues le acompaña un empleado de la protectora como cooperador necesario, que también ha negado los hechos. La fiscalía pide para la mujer cuatro años de prisión por los delitos de maltrato a los animales, intrusismo profesional y falsedad documental.
Se conectaba la música para que no se escucharan los alaridos de los animales
Uno de los principales testimonios es el de uno de los veterinarios que trabajó en la protectora, quien ha confirmado que se hacían "auténticas sesiones de exterminio". Cuando descubrió lo que allí se estaba haciendo, decidió realizar una serie de grabaciones para tener pruebas, topándose con un "patio lleno de perros muertos".
Ha revelado que la acusada administraba personalmente los productos eutanásicos sin sedación previa y que, además, le reconoció que "los pinchaba donde pillaba". Este mismo veterinario ja detallado cómo se conectaba la música a la megafonía en el momento en el que se llevaban a cabo las matanzas para que no se escuchasen los "alaridos de dolor" de los animales.