Arranca el juicio por el brutal asesinato de Samuel Luiz al grito de "maricón" en Riazor (A Coruña),q ue ha llevado a cinco acusados a sentarse en el banquillo. Por estos hechos, se enfrentan a penas de entre 22 y 27 años de prisión, en función del grado de responsabilidad atribuida o los agravantes.
En el juicio hay 200 periodistas y cámaras acreditados, llegados desde toda España. El juicio se dirime mediante jurado popular, compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, y se extenderá a lo largo de un mes para determinar las penas que enfrentarán los imputados.
Samuel Luiz fue asesinado con una brutal paliza en 2021, cuando estaba realizando una videollamada junto a una amiga a la salida de un local de ocio de madrugada. Uno de los acusados creyó que lo estaba grabando, le llamó "maricón" y empezó a golpearlo. Posteriormente, se unió su grupo y empezaron a propinarle multitud de puñetazos y patadas hasta el fatal desenlace.
"Pido a los miembros del jurado que empleen el sentido común"
Las acusaciones del caso han pedido que todos los acusados sean condenados por un delito de asesinato. Por el contrario, las defensas exigen la libre absolución al considerar que los acusados son completamente inocentes.
La fiscal del caso se ha pronunciado durante la vista judicial y se ha dirigido a los miembros del jurado: "El mal esta hecho y es irreparable, ustedes, miembros del jurado, solo tienen que decidir el grado de responsabilidad de las personas que están en el banquillo".
Además, les ha llamado a ejercer el "sentido común para emitir un veredicto ejemplar", puesto que ha defendido que la muerte de Samuel fue completamente "buscada, deliberada y consensuada por parte de los cinco acusados".
Durante su intervención ha defendido que todo lo ocurrido está "refrendado por múltiples testigos que estaban en aquella zona en la noche" y el papel de la policía para demostrar la culpabilidad de los procesados, incluyendo la labor de peritos y médicos forenses que "contarán cómo murió Samuel y en qué circunstancias".
Uno de los puntos a tener en cuenta en la condena es el posible delito de odio y si el asesinato estuvo únicamente motivado por la orientación sexual de la víctima. En este sentido, la acusación ha manifestado: "Dos de ellos lo hicieron por el reproche a la orientación sexual de Samuel, de ahí que se les tenga que aplicar el agravante de discriminación. No tuvieron ese móvil los otros tres acusados".
La acusación particular, que defiende los intereses de la familia de Samuel y está representada por la abogada Esther Martínez, ha manifestado por su parte su apoyo a las declaraciones de la Fiscalía. "Diego Montaña y Katy habían sido expulsados de un local de ocio por su estado de alteración y se dirigen a Samuel. La chica no golpea a Samuel en ningún momento. Pero su actuación fue vital, porque su actuación impide que Samuel fuese auxiliado. A partir de ahí empiezan los otros acusados a acometer a la víctima, a la que golpearon y persiguieron", ha expuesto.
También ha recordado que en la agresión había dos menores que "por cierto, ya fueron juzgados y reconocieron los hechos, por lo que cumplen condena en un centro de menores". Además, también recordó el papel de los dos jóvenes senegaleses, que intentaron defender a Samuel pero "pese a su fortaleza física, no fueron capaces".
"Oirán que nadie tenía intención de matar, pero el sentido común nos dice que si seis personas a la vez golpean a una persona durante varios minutos lo lógico es que lo maten. ¿Si no querían matarlo, qué querían, dejarlo en una silla de ruedas? Solo pararon de golpearlo cuando vieron que Samuel no se movía", se ha mostrado tajante. "Era un grupo de amiguitos acostumbrados a participar en este tipo de altercados", ha sostenido.
Por estos motivos, la letrada también ha llamado a los miembros del tribunal a "emplear el sentido común" y ha expuesto que a "Max y Loli, sus padres, les ha cambiado la vida" tras el brutal asesinato de su hijo Samuel Luiz.