Jordi Giménez saltó a la palestra hace ocho años por conseguir un hito que jamás se había visto en la historia: dejar "preñada" (según sus palabras) a una mujer después de que se hubiera clavado una inyección con uno de sus espermatozoides.
Una historia surrealista que pasó a la historia friki contemporánea y que seguramente se acabe estudiando en los libros de los colegios de todo nuestro país. Sin embargo, a pesar de lo legendario de aquel programa de 'El Diario', lo cierto es que... poco más se supo de aquellos protagonistas.
Ahora, la víctima a la que robaron uno de sus espermatozoides reaparece por todo lo alto y nos cuenta todo lo que no supimos en aquel momento sobre aquella rocambolesca historia.
A pesar de que poca gente le recuerda, Jordi afirma que la fama que mantiene es especialmente importante: "Me piden fotos, que les firme camisetas... Y eso me encanta".
Tanta es su fama que, ahora que disfruta de la soltería, no se cierra a enamorarse de la chica de sus sueños, una persona que sea lista, guapa y dulce, pero teme enormemente acabar con la típica que quiere "pillarse a un famoso".
Asegura que participó en un programa de 'Operación Triunfo' y en otro de 'Tú sí que vales', aunque nadie le ha visto y nadie le ha encontrado. Sí que lo ha hecho en 'Cámbiame', donde Pelayo le ha dado "una caña enorme", porque se metió con su forma de cantar y le dijo: "No me extraña que no pases los casting porque cantas fatal. No me gusta cómo vistes, tus zapatillas son horribles. Para cantar vete al campo".
Pero... vayamos a lo importante
Sabemos que tú, ávido lector, has llegado hasta aquí porque quieres saber qué pasó finalmente en aquella relación tan extraña con esa mujer que acostumbraba a pincharse espermatozoides de personas desconocidas.
Según ha contado el propio Giménez, la pareja se conoció de la siguiente forma: "La conocí en un concierto de Madrid y me dio algunos problemas". Lo típico cuando alguien te da problemas en la calle es... "me la traje al hotel en el que me alojaba para charlar con ella tranquilamente y me robó. No me podía fiar de ella", afirma en una entrevista con el diario El Mundo.
Después, ávido de venganza por robarle los anillos de boda que guardaba con la expareja con la que acababa de romper, decidió contactar con la televisión para dejarla en ridículo: "Quise joderla un poco haciendo que viniese a 'El Diario de Patricia'. Les conté la historia a los organizadores del programa y la llamaron sin que ella supiese nada de mi".
Como Giménez, que es muy 'noble y bueno y todo el mundo le quiere', tal le describen sus amigos según él mismo, decidió acudir al programa "para dejarla en ridículo" y reírse de ella porque, según le dijeron "padece algún tipo de problema mental".
Cuando llegó al plató, "me pusieron el micro de corbata por dentro de la camisa y un pinganillo en el que me iban diciendo cómo tenían que ser mis reacciones. De repente escuchaba: 'ponte serio', y tenía que ponerme serio para que fuese más creíble y el público se riera. Había momentos en los que se me escapaba la risa porque los de arriba, como les solemos llamar, me contaban chistes", ha relatado en la entrevista.
A pesar de haber protagonizado un momento como aquel, ahora no guardan ninguna relación. Eso sí, para Jordi fue muy rentable (según él): "Después de salir en 'El Diario de Patricia' conseguí que 6.000 personas fueran a verme en el concierto de las fiestas de mi pueblo. Además, ahora volveré a salir otra vez en los periódicos de Barcelona porque en septiembre estuve en 'Cámbiame' y pronto me veréis en otro programa relacionado con el amor".
Encantado con la fama
Mientras tanto, Jordi vive encantado de su fama, aunque reconoce que es como Juan Palomo: 'Yo me lo guiso, yo me lo como' porque este punto "no le hace gracia a mi familia, no recibo todo el apoyo que necesito".
Pero cada vez que pisa la calle, arma mucho revuelo: "Me piden fotos, que les firme camisetas... Me gusta mucho mi trabajo". Ahora se encarga de dar clases de canto a una joven y sueña con fundar su propia orquesta, ya que ninguna quiere contratarle porque, según él, "buscan más profesionalidad de la que tengo".
Sin embargo, el joven no duda en codearse con los más grandes, como David Civera, con quien mantiene una amistad en Facebook, aunque ahora están distanciados porque "cada uno hemos seguido nuestras carreras". A pesar de todo, lo tiene muy claro. "Cuando lo vea supongo que me dará un abrazo, como ha hecho siempre". Ojalá veamos algún día un dueto.
