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Política

Activismo en la farándula: el de Beyoncé tiene más glamour que el de Maribel Verdú

El contraste entre la opinión que genera el activismo político de los actores españoles y el de los artistas estadounidenses.

Probablemente todavía se recuerda muy claramente el boicot a 'La Reina de España', de Fernando Trueba. El autor, acusado de antiespañol, vio como su obra sufrió salpicada en los medios, redes sociales, y el cuñadismo de tasca entre unos chatos de vino -también hay que decirlo, por qué no-, por su significación política. Una significación que se llegó a hipérbole, además, para lograr sonoridad en los tiempos del titular atronador que da lugar a la información hueca. Sin embargo, el caso de Trueba sólo tiene la dicha de ser el más reciente, porque lo cierto es que los artistas españoles, especialmente de la cinematografía, son objetivo recurrente en cuanto la opinión política sale de sus labios, o protagonizan la acción política.

Los actores españoles son unos "rufianes" frente al glamour de los "states"

La familia Bardem en una manifestación en apoyo al pueblo sahariano
"La familia Bardem en una manifestación en apoyo al pueblo sahariano"

"La educación y los rufianes", titula La Razón en una pintoresca columna de los últimos Goya; "Casting de actores para aplaudir a Carmena" en otro artículo que trata de ser irónico con poco éxito, mientras Dani Rovira tiene que justificarse para presentar la gala una vez más, y hace de tripas corazón: "Paso de los insultos". Ejemplos que llevan a una conclusión evidenciada. Está mal visto, en España, por una parte insidiosamente sonora de la opinión pública, que los artistas, en especial los actores, se vinculen en alguna forma pública a acción política.

Este tema enlaza directamente con otro que ya traté en Los Replicantes hace algún tiempo, sobre el rechazo patente al cine de la Guerra Civil. Iñaki Guevara espetaba en la frente de los políticos populares hace algún tiempo que "la cultura les pone nerviosos, son los hijos de los que ganaron la Guerra Civil y les da miedo la cultura", en lo que quizá no iba tan desencaminado. De hecho, y si nos ceñimos a la actuación política específicamente, la oposición entre la comunidad de actores española y el Partido Popular es una guerra abierta y perpetua, que se salda en decretazos revanchistas como el IVA cultural que, lejos del afán recaudatorio, ahoga al oficio cinematográfico español de manera premeditada.

Y, sin embargo, llevo dos párrafos argumentando en vano, porque esto, en realidad, ya lo sabe todo el mundo.

La curioso resulta al establecer el contraste entre la opinión que genera en España la politización de los actores, en contraposición, a la opinión que genera en España la politización de los actores norteamericanos. Conel aterrizaje de Trump, los artistas americanos de todo campo están dando la cara de una manera activa y pasiva: activa, participando en manifestaciones y acciones, como las sucedidas el fin de semana en Washingto; y pasiva, como la negativa en unanimidad de todos los cantantes a participar en la gala de investidura del republicano.

Natalie Portman durante la Women's March desde Los Angeles
"Natalie Portman durante la Women's March desde Los Angeles"

En este caso, la opinión pública española aplaude a mano llena, y con toda la razón, la sonoridad que desde el sector de los artistas se está volcando en la oposición a Donald Trump. El hecho de que personas como Natalie Portman, Matthew McConaughey, Amy Adams, o la propia Madonna, se muestren tajantes contra el nuevo presidente de Estados Unidos, logra llevar el mensaje de rechazo patente en buena parte de la sociedad americana a cada esquina del planeta, lo que se recoge en los medios con total naturalidad: "La resistencia de las famosas contra Donald Trump" (El País),  "'Celebridades' confirman su asistencia al simbólico desfile en Washington" (El Periódico). Titulares en tono positivo, que contrastan con los desafíos que se tienden a plantear a los actores españoles activistas.

En ambos casos la mayoría de la comunidad de artistas activa políticamente avanza de la mano. En Estados Unidos, Trump no será invitado de honor a las fiestas de Hollywood, igual que Ignacio Wert fue enemigo público número uno entre la Academia española.

Entonces, y llegados a este punto, ¿no resulta efectivamente hipócrita? Es decir, si el argumento principal, el más esgrimido para que el actor de turno aparte su discurso del plano político, es que el traqueteo parlamentario se escapa de su campo de acción profesional, algo tan evidente como endeble, ¿por qué no aplicar ese dogma también a la comunidad de artistas americanos?. Esto es, si efectivamente el valor de que los artistas americanos participen en la oposición a Trump es lograr algo tan maravilloso como dar sonoridad a esta oposición patente en la sociedad estadounidense, ¿por qué en ese caso resulta legítimo el altavoz, pero con el discurso anti recortes en España la involucración de actores parece intrusiva?

En concreto

Candela Peña fue criticada por denunciar los recortes que todos aún sufrimos
"Candela Peña fue criticada por denunciar los recortes que todos aún sufrimos"

Esa pregunta queda abierta para el lector, pero para finalizar el artículo, un juego de manos que haga patente la doble moral:

- "El conmovedor discurso de Scarlett Johansson"titula EcoDiario, recuperando declaraciones de la actriz en la Marcha de las mujeres. Lo que recuerda al emotivo discurso de Candela Peña en los Goya, donde argumentaba: "He visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparlo", y contrasta por lo mal que sentó el de la catalana.

- Lo más granado de Hollywood también se ha reunido para cantarle el "I will survive (sobreviviré)" a Trump, viralizando el vídeo en redes sociales. Muchos de ellos ya habían participado, además, de manera activa en al campaña de Hillary. En España un vídeo protagonizado por artistas, el protagonizado por "los de la ceja" en apoyo a Rodríguez Zapatero, también viralizó, para terminar convertido en uno de los estigmas más profundos del cine español en los últimos años. Estigma que han pagado, en buena medida, a golpe de IVA.

- Meryl Streep ha vertido contra Trump palabras duras, necesarias, claras y aplaudidas en los Globos de Oro:"Hollywood está lleno de forasteros y si los echas a todos no tendrás nada que ver salvo fútbol y artes marciales que no son arte". Lástima que cuando Pedro Almodóvar en un contexto de entrega de premios apartó de sus saludos al Ministro Wert, ese que a su vez había apartado a los que no tienen recursos de las aulas universitarias. Se quedó sin aplausos de los españoles por "maleducado".

- "Como ciudadanos globales podemos hacer escuchar nuestras voces y convertir la conciencia en una acción significativa y un cambio positivo": si esta frase fuese de Maribel Verdú, a Eduardo Inda le estaría picando el "etarra - chavista" toda la semana para calcarlo en 'laSexta Noche' en su primera intervención; por suerte fue de Beyoncé en los States.

El fondo del artículo es justamente ese, la radicalidad en el hecho de que actores y cantantes son figuras públicas de prioritaria relevancia. El punto de vista conservador desea figuras públicas como los futbolistas, más preocupados por el cheque del patrocinio que del discurso social. Es natural disentir con lo que un personaje público vierte en un plano ideológico, pero tratar de acallar las voces, algo desgraciadamente frecuente en España, es un comportamiento genuinamente ignorante. Fuck Trump, pero fuck también a muchos otros en España que no son mucho mejores que él.

Fuck Trump, always
"Fuck Trump, always"

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