Netflix es nuestro gran aliado. Ya sea por las noches, tardes, resacas... no hay nada como coger nuestro ordenador, tumbarnos en el sofá y ponernos como la 'moñoño' a comer palomitas o cualquier cosa rápida que se precie.
Sin embargo, el sueño de nuestra vida podría tener los días contados, puesto que los datos de la compañía no están siendo especialmente halagüeños. A ello, se suma un problema especialmente grave: la pasividad de sus dueños.
No lo decimos nosotros. Según relata el analista económico Michael Pachter de la financiera Wedbush Securities, la plataforma está gastando demasiado dinero y, por el contrario, ingresa unas cantidades que no son capaces de sostener su modelo de negocio.
En sus declaraciones a Business Insider, Pachter asegura que "los inversores no tienen ni idea de que Netflix está quemando dinero a un nivel alarmante. Si el gasto empeora, la deuda podría alcanzar los 15.000 milloners de dólares". Algo insostenible para la compañía y que terminaría con su quiebra.
El problema de las producciones propias
En todos estos gastos influye, sobre todo, la financiación de sus ficciones propias. El problema es que, sin embargo, la mayoría de producciones no ayudan a cuadrar las cuenta: el 20% de los visionados de Netflix en Estados Unidos se debe a las producciones propias y el 80% restante llega de las ficciones ajenas que Netflix distribuye.
Entre estas series se encuentran 'Breaking Bad', 'Anatomía de Grey' y 'Friends'. Cada uno de los visionados obliga a la plataforma a pagar un montante de dinero a sus respectivas productoras, por lo que los gastos se incrementan a medida que aumenta la masa de usuarios.
Los rumores de crisis no son nuevos, pero la manera de afrontarlos preocupa. Un reportaje de Los Ángeles Times criticaba el pasado verano de 2017 los números rojos de la compañía y, sobre todo, la impasibilidad de sus jefes para revertir la situación.
Precisamente, el reportaje asegura que la compañía registraba entonces una deuda de 20.540 millones de dólares, es decir, 16.640 millones de euros. Una cantidad que, según algunas fuentes, fue determinante para que la empresa se viera obligada a cancelar algunas ficciones como 'Sense 8'.
Múltiples riesgos
Netflix, al igual que otras empresas similares como Spotify, se encuentran en un sector que se sostiene sobre una especie de arenas movedizas. Cada inversión puede suponer un mayor ahogamiento aunque, sin referencias pasadas en un mercado que aún se está explorando, podrían suponer la 'varita mágica' para permitir que el medio sea rentable.
En el caso de Netflix, se da la paradoja que la fuente de sus desgracias es, a la vez, el origen de su garantía de futuro. La compañía necesita crear una base sólida de ficciones para evitar pagar un canon por reproducción y, de paso, conseguir beneficios a la hora de licenciar la emisión de sus títulos. Algo que, en este caso, sí que está cumpliendo las expectativas de Wall Street: 7,4 millones de suscriptores y 3.700 millones de dólares de beneficios en el primer trimestre del año.
Se trata de un mercado con altos riesgos, puesto que aún no cuenta con precedentes importantes que permitan establecer una lista de errores y aciertos con los que guiar una estrategia. Ese futuro de 'ensayo y error' solo plantea una dicotomía sin matices: o triunfa o se hunde. ¿Qué sucederá con Netflix?