El miedo empuja a las víctimas de pederastia por parte de curas y religiosos al silencio, a eso se le añade la falta de apoyo por parte de la Iglesia, aunque más bien se podría hablar de ocultaciones a su favor. Son algunos de los motivos por los que es realmente complicado averiguar una cifra exacta sobre cuántas víctimas han habido por abusos sexuales clericales en todo el mundo a lo largo de la historia.
Según los útlimos informes del Vaticano reflejan alrededor de 6.000 casos de denuncias en la última década, que da a una media de 600 denuncias cada año por este tipo de abusos en el seno de la Iglesia. Esta situación se dio gracias a que en 2001 estallara el caso de abusos sexuales en la diócesis de Boston. Circunstancia que dio el aliento de denunciar a aquellos que no se habían atrevido hasta el momento o que sabían que iban a ser ignorados.
Esta vez ha sido la organización mundial de activistas que se enfoca en los derechos de los niños y las víctimas de abuso sexual infantil por parte de la Iglesia, ECA (Ending Clergy Abuse, por sus siglas en inglés), quien ha realizado un estudio para averiguar una cifras más exactas. Teniendo en cuenta los casos comprobados e investigados por organismos independientes, afirman que existen casi 100.000 víctimas de pederastia clerical reconocidas en todo el mundo. Desde EEUU hasta Australia, pasando por Irlanda, Holando, Chile, Argentina, Alemania y, también, España, entre otros países.
"Resulta razonable pensar que hay centenares de miles de víctimas en todo el mundo" ha afirmado para El Diario Miguel Ángel Hurtado, víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote de Barcelona cuando apenas tenía 16 años, por lo que, hoy en día es uno de los responsables de ECA en España.
Por otro lado, también aclaró a este medio que ven "muy preocupante que no haya habido una auditoría exhaustiva del número de sacerdotes pederastas y de víctimas en todos los países donde la Iglesia católica tiene una presencia muy importante", por lo que lamenta que "desgraciadamente, la mayoría de las conferencias episcopales del mundo, como la española, se niegan a difundir cifras detalladas de la magnitud del problema en su país".
Fin del abuso clerical
Entre los fundadores de Ending Clergy Abuse se encuentran personalidades como Peter Saunders, que en un principio decidió formar parte de un proyecto que parecía, por fín, defender a las víctimas. Se trataba de la Comisión Antipederastia creada por el Papa Francisco. Sin embargo, salió de ella acusando a la institución de querer tapar los abusos a menores.
Por otro lado, también está Alberto Athié que fue uno de los primeros en denunciar al sacerdote mexicano Marcial Maciel. A partir de ese momento fueron varios miembros de la congregación y estudiantes que apoyaron la denuncia de Athié. Sin embargo, los rumores, que comenzaron desde mediadios de los años cincuenta, fueron ignorados y solo comenzaron a divulgarse tiempo antes de su muerte.
Otro de los representantes que hay por el mundo es José Andrés Murillo, que denunció al clérigo Fernando Karadima en Chile. Se trata de una de las tres víctimas que se atrevió a denunciar ante el Vaticano. Por desgracia, solo son algunos de los miles de casos que hay por todo el mundo.