Un joven de Albacete ha sido juzgado por, supuestamente, violar a una niña de tan solo 13 años con discapacidad intelectual en tres ocasiones. Durante la vista oral del juicio, el acusado ha afirmado que las relaciones fueron en todo momento consentidas, por lo que no aprecia ningún dilema moral o delito en sus acciones.
La joven padece un déficit cognitivo que la hace "vulnerable" a manipulaciones y engaños, por lo que la acusación considera que ella no pudo ser consciente de que, en realidad, era una víctima de abusos.
La denunciante, mientras tanto, afirma que fue forzada en dos ocasiones y que en la última no opuso resistencia, porque quería experimentar "qué se sentía al mantener relaciones sexuales consentidas".
Mientras tanto, el denunciado ha asegurado que entre ambos había una relación sentimental "secreta" a espaldas de su propia novia. "Jugué a dos bandas, ese ha sido mi error", ha afirmado el joven.
Las relaciones con la niña comenzaron cuando él alcanzó la mayoría de edad. Ahora, considera que ella le ha denunciado por "rencor o celos" porque él decidió continuar con su novia y mantener la relación secreta con la niña. El acusado negó en un primer momento la existencia de la relación, pero posteriormente las asumió ante el juez. Preguntado por su cambio de decisión, el joven ha afirmado que las ocultó por "miedo, me asusté".
El procesado se defiende, y argumenta que entre ellos existía "una relación de amistad", por lo que "tonteamos en las redes sociales". Y afirma que los encuentros sexuales existieron, pero siempre fueron consentidos: "era ella la que me llamó para ir a su casa".
La víctima
La víctima, mientras tanto, afirma que fue forzada a mantener los encuentros y que solo permitió el último por saber "qué se sentía manteniendo relaciones consentidas". Señala, en concreto, tres días situados entre abril y octubre de 2013, en los que el acusado obligó a la menor a abrirse bajo intimidaciones, para luego forzarla a mantener "relaciones sexuales".
Sin embargo, la defensa ha mostrado un mensaje que ella publicó en sus redes sociales en el que llamaba al acusado como "novio". Los forenses han afirmado que todo ello se debe a que la discapacidad que sufre no le hace "entender la entidad de los hechos de los que fue víctima", algo con lo que justifican que ella no tenga ningún tipo de miedo ni rechazo hacia su supuesto agresor.
La madre de la menor se ha situado del lado del acusado y afirma que ella "miente" en repetidas ocasiones, ya que llegó a denunciar a su propio padastro por presuntos tocamientos. Sin embargo, en este caso, el acusado sí que ha reconocido los hechos, y los forenses han afirmado que la joven no tenía la capacidad de dirimir lo que estaba haciendo.
Prisión
Mientras tanto, la fiscal y la abogada de la acusación particular piden 42 años de prisión para el joven, que serían el resultado de castigar con 14 años cada una de las supuestas agresiones sexuales que cometió.
Por otro lado, la defensa pide la libre absolución del procesado porque consideran que las relaciones sexuales fueron siempre consentidas y no hubo ningún tipo de delito.
Sin embargo, a pesar de que la niña mantiene una discapacidad intelectual, su edad (13 años), implica que el acusado pueda ser directamente acusado de abuso sexual a una menor, castigado con penas de prisión de dos a seis años. Todo ello deriva de que la edad de consentimiento sexual en España es de 16 años, y la ley es my explícita. El artículo 183 del Código Penal reza lo siguiente: "El que realizare actos de carácter sexual con un menor de dieciséis años, será castigado como responsable de abuso sexual a un menor con la pena de prisión de dos a seis años". Mientras tanto, el juicio ha quedado visto para sentencia.
