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Absuelto el mosso que fingió sufrir una agresión para detener a un manifestante

La Audiencia de Barcelona estima que el agente tuvo un "pensamiento erróneo" y lo ha exculpado del delito de detención ilegal a un manifestante.

Absuelto el mosso que fingió sufrir una agresión para detener a un manifestante

La Audiencia de Barcelona ha dictado sentencia y ha absuelto del delito de detención ilegal a un Mosso d'Esquadra acusado de inventarse una agresión para detener a un joven. Por un lado, la Fiscalía veía un arresto sin fundamento alguno, mientras que los magistrados observan un "posible roce" del manifestante en el casco del uniformado que justificó su detención, puesto que el policía pudo pensar de forma errónea que lo había golpeado.

A través de una sentencia a la que ha podido acceder El Diario, la sección 2º de la Audiencia de Barcelona ha condenado únicamente por lesiones leves al agente, que paralizó de brutal forma al joven durante un desalojo en Barcelona en 2019. La única sanción que ha recibo el mosso es una multa de 500 euros.

La víctima ha recurrido la sentencia

La Fiscalía y la acusación particular de la víctima, de mano del letrado Eduardo Cáliz, de Alerta Solidària, no están conformes con lo dictado y han decidido recurrir la sentencia. El escrito de la fiscal sostiene que la valoración del tribunal es "absurda, ilógica, arbitraria o abiertamente contraria a lógica y la experiencia".

El tribunal explica la decisión de absolver al agente por su interpretación del vídeo y su traducción en el Código Penal. Los jueces consideran que hay un "pequeño roce" del joven en el casco del Mosso que pudo "dar lugar a la creencia" del oficial de que el manifestante había cometido un delito de atentado contra los agentes de la autoridad.

La sentencia recoge que "en ningún caso las imágenes permiten advertir ningún tipo de acometimiento, agresión o golpe intencionado propiciado por el manifestante hacia el acusado". Según los magistrados ha sido la "consideración errónea" del agente la que justificó su detención.

El "erróneo" pensamiento del agente basado en ese posible roce ha hecho que el tribunal descarte que el arresto fuese de forma arbitraria, como sostenían las acusaciones. Esto ha hecho que los jueces absuelvan al acusado del delito de detención ilegal.

Los jueces estiman que el mosso incurrió en el delito que castiga los arrestos ilegales cuando "media causa por delito". Sin embargo, como el agente no estaba acusado por este tipo penal, no podían condenarle.

El tribunal sostiene que la detención del joven no fue el resultado de una "vía de hecho" del agente, sino de su error al pensar que el joven lo había agredido. Los magistrados "no pueden descartar" que el manifestante "hubiera podido llegar a tocar o rozar mínimamente" el casco del uniformado. Por ello, la detención ha sido errónea ya que "no hay evidencias" de que el joven agrediera al agente.

Los magistrados también han interpretado el vídeo de forma favorable para el agente puesto que aseguran que el hecho de que la víctima tocara el casco del oficial se puede entender como una muestra de "asalto a la autoridad". En el juicio, el agente alegó que observó cómo el chico le daba un codazo en el casco, algo que no se aprecia del todo en el vídeo.

Recursos ante el TSJC

La grabación del vídeo ha resultado clave para que el mosso finalmente acudiera a los juzgados y se sentara en el banquillo, puesto que sin esta grabación el único imputado seguía siendo el manifestante. Es, sin duda, un ejemplo paradigmático de las dificultades a las que tienen que hacer frente los investigados en protestas sociales que han tenido algún conflicto con los agentes.

La Fiscalía y la acusación particular del manifestante, así como la defensa del mosso, ejercida por el abogado penalista José María Fuster-Fabra, han optado por recurrir la sentencia ante la Sala de Apelaciones de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Los primeros para conseguir una condena por detención ilegal; el segundo para lograr una absolución total.

Mediante su recurso, la fiscal reitera que no se dio un delito previo de atentado que justificase la detención y remarca que así lo recoge la propia sentencia. Según esta, el tribunal "supuso sin fundamento fáctico" que el acusado recibió "un supuesto golpe" y la sentencia es "arbitraria por no ajustarse a las reglas de la lógica, los principios de experiencia y los conocimientos científicos".

En cuanto a la defensa del mosso, esta solicita al TSJC dar por anulada la condena por lesiones puesto que, como asegura el agente, "recibió un golpe", y esto le llevó a reducir al manifestante mediante un "método legal". Fuster Fabra completa su declaración afirmando que "la actuación policial fue justificada y proporcional y no existió exceso alguno en el uso de la fuerza".

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