Las tres jóvenes que organizaron la 'Procesión del Santísimo Coño Insumiso' finalmente irán a juicio por un delito con los sentimientos religiosos. La juez de instrucción número 10 de Sevilla ha apreciado delito en pasear una vagina de plástico por el centro de la capital hispalense, a modo de acto religioso de Semana Santas.
La manifestación fue convocada en el año 2014 por la CGT, pero ahora sale a la luz el auto de la jueza, que pretende que las tres manifestantes paguen una fianza de 3.600 euros "para hacer frente a la multa solicitada por las partes acusadoras". Deberán pagar 10 euros diarios durante 12 meses.
Las jóvenes no tienen opción: la Justicia ha establecido que, en el caso de no pagar la cantidad señalada, las autoridades procederán a embargar sus bienes hasta asegurar que se paga la cantidad señalada.
La denuncia parte de la Asociación de Abogados Cristianos, cuya demanda fue desestimada en un primer momento porque la Justicia consideraba que "no creer en los dogmas de una religión y manifestarlo públicamente entra dentro de la libertad de expresión".
La Audiencia, sin embargo, ordenó la reapertura del caso al considerar que las tres manifestantes habían realizado "un escarnio al dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María". La jueza también señala la convocatoria de un "aquelarre feminista" a través de las redes sociales sin el conocimiento de la Delegación del Gobierno (un trámite necesario para convocar cualquier tipo de manifestación).
De los cien manifestantes, tan sólo las tres jóvenes han tenido que rendir cuentas con la Justicia. Las autoridades han visionado los vídeos de la movilización y han determinado que ellas deberían de ser las impulsoras, "aunque no se ha podido determinar si alguna asamblea u organización en concreto fueron las promotoras de la manifestación".
La jueza critica que la simbología empleada durante toda la manifestación, así como el propio nombre, 'Procesión del Santísimo Coño', realizan una clara alusión a la festividad de la Semana Santa y por ello considera que el acto constituyó un agravio a la religión católica: "Durante el recorrido hacen cánticos y van gritando y simulando cantar saetas y plegarias, todo ello acompañado de instrumentos musicales", ha señalado en el auto.
Entre las frases destacadas, las manifestantes gritaron cosas como "hay que quemar la Conferencia Episcopal" o "me la suda la Iglesia Católica", así como gritaron "otros cánticos manipulando la letra del Credo y el Ave María". Todo ello se realizó a "escasos metros" de la Basílica de la Macarena, en la que estaban situados en la entrada un grupo de feligreses.
El auto de la magistrada finaliza destacando que se emplearon "expresiones de contenido sexual, soeces y ofensivas", lo que constituye "una mofa del rito religioso de las procesiones de Semana Santa y una vejación a quienes profesan la religión católica utilizando el Credo con expresiones de contenido sexual, vejatorias y humillantes". Queda visto para sentencia.