La familia Real de Reino Unido vivió el pasado jueves un duro golpe tras el anuncio del fallecimiento de la reina Isabel II, quien estuvo en el trono durante más de 70 años. La monarca de 96 años dejó tras ella una larga historia y un amplio sequito. Estos poco a poco van teniendo conocimiento de la muerte de la reina, y las últimas han sido las abejas reales, donde el apicultor ha mantenido la esencia tradicional y ha mantenido un pequeño ritual en los terrenos del palacio de Buckingham y la casa Clarence.
John Chapple, de 79 años, es el apicultor principal del palacio y según ha indicado dailymail, durante la jornada del viernes viajó a ambas residencias para informar a las abejas del fallecimiento de la reina y presentarles a su nuevo dueño el Rey Carlos III. En este histórico ritual, el especialista colocó varias cintas negras atadas en lazos en las colmenas, donde les notificaría que deberían ser buenas con él.
El ritual es uno de los más conocidos y todo comenzó con la vieja superstición donde se cree que al no notificar nada a las abejas del cambio de rey puede provocar importantes desestructuraciones. Tanto es así, que existe el miedo de que dejen de producir miel, mueran o bien abandonen la colmena.
Actualmente cuentan con más de 7 colmenas en total, donde en cada una residen unas 20.000 abejas, llegando a alcanzar el millón de abejas al año. Chapple, que es un experto en el sector, recibió una llamada del jardinero jefe del Palacio de Buckingham, que le comentó que querían tener abejas y desde ese momento él es el encargado de cuidarlas.
Una vida dedicada al cuidado
La tradición británica es conocida en todo el mundo, aunque especialmente se hace en casas de gran prestigio en Europa. En ella, indicaban a las abejas mediante un leve golpe en la colmena que iban a cambiar de dueños, por lo que les tranquilizarían y seguirían con su rutina produciendo miel y cuidando de su colmena.
John Chapple se ha dedicado en cuerpo y alma al cuidado de las abejas, algo que ha sido un hobby para él y ha sido un miembro más de la familia Real. Con más de 30 años de experiencia, todo comenzó por el amor de su mujer por la miel. En ese momento decidió comprar el libro "Cría de abejas en el jardín trasero", y desde ese instante es el encargado de cuidarlas. Durante todos estos años, el apicultor ha viajado por todo el planeta, asegurando que espera que siga siendo el apicultor principal de la casa real.