El presidente de VOX, Santiago Abascal, ha insinuado en su respuesta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados que presentará una nueva moción de censura con el objetivo de desalojarle del Palacio de la Moncloa.
A pesar de que la anterior propuesta no salió adelante, puesto que se quedó solo con sus 52 diputados, sus escaños permiten registrar una nueva petición que tendría que ser aceptada por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Queda por ver, sin embargo, si se trata de un farol en la guerra por liderar el espectro conservador en un momento en el que la formación de extrema derecha ha liderado el bloque en Cataluña y el Partido Popular ha quedado al borde de la representación en este territorio.
Santiago Abascal ha señalado que "quizás debamos ofrecer a esta cámara la oportunidad de una segunda moción de censura". El pasado 22 de octubre se debatió la primera moción que decayó por falta de apoyos. Sin embargo, supuso un punto de inflexión en las relaciones entre Casado y Abascal, precisamente cuando el líder del PP aprovechó para escenificar su giro centrista y la ruptura de vínculos (una ruptura estética, puesto que necesita a VOX en gobiernos autonómicos y municipales), a la hora de exhibir su discurso.
Una moción que representa un pulso contra Casado antes que un golpe al presidente del Gobierno
Abascal, ahora, lanza esta amenaza de moción de censura como un pulso dirigido más bien contra el líder del PP que contra el presidente del Gobierno. Pide a los populares "redimirse" de su voto en contra del pasado otoño. Este hecho no solo representa una pulla contra el papel que desempeñó la formación conservadora, sino que abre una brecha dentro del partido, con un sector (entre el que se encuentra Cayetana Álvarez de Toledo) que reclamó abiertamente apostar por otro tipo de posiciones, como la abstención.
El líder de VOX tampoco ha dudado en calificar la actitud de los populares de la siguiente forma: "Algunos quisieron convertirse en protagonistas y víctimas". Una clara alusión que ha dirigido hacia Pablo Casado, sobre quien ha afirmado que "prefiere la continuidad de este gobierno de la ruina, la violencia y el recorte de libertades antes que apostar por la convocatoria de elecciones".
Con las encuestas recortando espacio entre PP y VOX, Abascal también ha criticado del PP: "¡Qué flaco favor está haciendo a España diciendo que quiere pactar con Sánchez la renovación de los órganos constitucionales como si no fuera lo mismo que pactar con Pablo Iglesias [...] Todos los que negocien con el Gobierno son cómplices", ha señalado el presidente de la ultraderecha.
Abascal tampoco ha tenido problema en seguir defendiendo las manifestaciones que se convocaron el pasado verano en plena desescalada, calificando el estado de alarma como "fraudulento" e impuesto con la "complicidad del Tribunal Constitucional". A la vez, ha criticado las manifestaciones a favor de la libertad de Pablo Hasel, que ha calificado como "disturbios gravísimos" que han promovido "el miedo ente la población". Y ha añadido que el actual Gobierno "solo ha traído muerte, ruina, recorte de libertades y violencia".