El furor por la comida rápida se encuentra en descenso tras la popularización de una alimentación más saludable y que implique una mejor salud para nuestro organismo. En muchas ocasiones hablamos de la comida ultraprocesada y los riesgos que implica para la salud, pero en muchas ocasiones no somos totalmente conscientes de lo que implica.
Hay múltiples experimentos para comprobar qué implica el exceso de conservantes artificiales en la comida que ingerimos. Pero, en esta última ocasión, se trata de una mera casualidad que ha llevado a su protagonista a abandonar horrorizada la comida rápida.
Así lo ha confesado Megan Condrey, una mujer de Washington D.C., que compró dos hamburguesas con queso en un establecimiento de McDonald's el mes de noviembre de 2017. Se comió tan solo una de ellas y dejó la otra abandonada en la parte trasera de su coche para más adelante.
Megan se olvidó completamente de la hamburguesa hasta que, varios días después, comprobó que permanecía completamente igual. Así que decidió realizar un experimento casero para comprobar cuánto tiempo podía durar asi. Cuatro años después, este es el resultado.
Sin ningún cambio
Cuando Megan abrió la bolsa en la que había guardado la hamburguesa durante cuatro años, no podía creerse el resultado: la comida estaba completamente igual que cuando la compró.
La gran cantidad de conservantes artificiales habían llevado a que la hamburguesa permaneciera sin pedirse. Tanto los panecillos, como la carne picada de vacuno o el queso permanecían intactos sin ningún tipo de moho.
El experimento ha generado un gran revuelo en redes sociales, mientras que la protagonista de esta historia ha asegurado que abandona por completo la comida rápida tras este descubrimiento.