Hemos crecido con Disney y, como tal, nos hemos introducido en esos cuentos de hadas con los que hemos soñado imaginando mundos de fantasía. Aunque actualmente la gran parte de estas historias están desfasadas e incluso enseñan valores nocivos para el siglo en el que vivimos, ver aquellos clásicos sigue emocionándonos ya de adultos.
Uno de los principales pilares de la factoría de Mickey Mouse son las historias de princesas. Con una de ellas, Blancanieves, se estrenó con su primer largometraje de animación. Detrás de ella llegaron unas cuantas más que se han encargado de ir evolucionando el papel de la mujer según a su propia época. Sin embargo, Disney no ha sabido adaptarse a su tiempo en todos los aspectos.
La gran tarea pendiente de la compañía ha sido y sigue siendo su representación LGTBI. Así, los pequeños y no tan pequeños del colectivo del arco iris nunca han podido sentirse identificados con ninguno de los protagonistas de Disney ya que ninguno de ellos ha retratado su realidad. De esta manera, las generaciones que han pasado horas y horas viendo estas películas han tenido que buscar una alternativa alzando como icono gay a una de sus cintas más míticas: 'La Sirenita'.
Bien es cierto que en 2013 llegó 'Frozen' convirtiéndose en un nuevo hito gay a ritmo de 'Let it go'. La historia de su protagonista, Elsa, fue rápidamente identificable por el colectivo LGTBI al ser rechazada por tener el poder del hielo. Del mismo modo, la película se aleja de los amores románticos (y heterosexuales) para centrarse en la relación entre dos hermanas. Por si fuera poco, para su secuela se está planteado la idea de buscarle una novia a Elsa, lo que la convertiría en la primera princesa lesbiana. Pura fantasía.
Pero antes de Elsa nos miramos en el espejo de otra princesa, Ariel, protagonista de 'La Sirenita'. El clásico de 1989 consiguió hacerse un hueco en los corazones de todos los fans de Disney y, especialmente, en el de aquellos del colectivo LGTBI. Estas son las razones:
1 Ariel pertenece a otro mundo
Ariel es una joven sirena a la que le encanta explorar el océano en busca de todo tipo de objetos curiosos pertenecientes a un mundo que no es el suyo: el de los humanos. Ella sabe que es diferente, por lo que oculta sus numerosas visitas a la superficie para observar embarcaciones y marineros que le permiten soñar con pasear o bailar. Y a todos nos hizo soñar.
A lo largo de su vida, toda persona LGTBI se ha sentido diferente al resto, teniendo que ocultar su identidad a pesar de que en lo más profundo de su ser, al igual que Ariel, sabe que no forma parte de esos cánones en los que le han educado.
2 Es rechazada por su padre
Los deseos de Ariel no son entendidos por su padre que opta por rechazarla cuando descubre sus anhelos. Destruye su mundo sin tan siquiera escuchar a su hija ni hacer un esfuerzo por entenderla. Su postura es firme y, mediante el castigo y medidas prohibitivas, pretende atar a su hija por no ser como él quiere que sea. Pero ella es libre.
El miedo al rechazo es uno de los mayores temores a los que tiene que hacer frente el colectivo LGTBI. La homofobia sigue siendo una realidad siendo la que más duele la que se produce en el seno de la familia. Todos hemos sido Ariel.
3 Se rebela y visita el lado oscuro
Fruto de ese rechazo, Ariel termina por rebelarse y liberarse así de las ataduras impuestas por su familia. Desobedece a su padre, rompe las normas y da un paso al frente para ser quien ella quiere, aunque ello la lleve a visitar el lado oscuro haciendo una visita a la malvada bruja de los océanos.
A pesar de ese rechazo al que muchos gays, lesbianas, transexuales y bisexuales tienen que hacer frente, la realidad acaba explotando imponiéndose la libertad de uno mismo a amar a quien se quiera o ser quien se quiera ser. Seguir los pasos de Ariel, para muchos, es una inspiración.
4 Úrsula, la gran travesti de Disney
Si hay un personaje de 'La Sirenita' capaz de hacer sombra a su protagonista esa es Úrsula, una de las malvadas de Disney más carismáticas. Más allá de sus tentáculos, muchos consideran al personaje un completo Drag Queen y no es para menos ya que su apariencia está inspirada en Divine, mítico travesti de los años 70.
Y qué sería del mundo gay sin los travestis, esos transformistas irreverentes que animan las noches con su divineo, sus chascarrillos y sus espectaculares números sobre el escenario. Úrsula es un referente travesti y por eso nos encanta.
5 Su transición
Por ese deseo de ser quien quiere ser, Ariel ha de atravesar por una transformación que la lleva a deshacerse de su cola de sirena para poder tener dos piernas. Es un acto de valentía, ya que con ello renuncia a muchas cosas, entre otras, su voz, pero la pelirroja no puede seguir dándole la espalda a su verdadera identidad.
Esta transición es una espejo para todas esas personas trans que no entienden qué les pasa o por qué están en un cuerpo que no les corresponde. La identidad de género es fundamental para el desarrollo de una persona y 'La Sirenita' supone un ejemplo, especialmente cuando la transexualiad está tan poco tratada en el cine y menos en el infantil.
6 Enamorados del príncipe Eric
Entre tanta visita a la superficie Ariel acaba enamorándose de un apuesto marinero que resulta ser, nada más y nada menos, que un príncipe. Sus ojos azules, su melena morena, su perfecta sonrisa y lo bien que le sientan las camisas blancas hacen de Eric uno de los príncipes más atractivos de Disney.
Seamos sinceros, todos nos enamoramos de Eric. Porque sí, también se puede enamorar uno de un dibujo. Por un momento odiamos un poquito (pero solo un poquito) a Ariel deseando ser ella en el paseo en barca a ritmo de 'Bésala'.
7 Ariel sale del armario
Sí, Ariel sale del armario y lo hace de la manera menos discreta posible. Cuando parece que todo está perdido y que su enamorado ha caído rendido a los encantos de Úrsula, nuestra protagonista no deja de luchar a sabiendas de que el encantamiento que le devolverá la cola de sirena está a punto de cumplirse. Y así pasa, el secreto de la pobre Ariel se revela en un barco abarrotado de gente incluyendo al apuesto príncipe Eric.
Salir del armario es un trance por el que toda persona LGTBI ha de pasar. Es lo que sucede cuando desde la infancia se da por sentado que todos somos cis heterosexuales, que llega un punto en el que hay que aclarar conceptos.
8 Finalmente es aceptada tal y como es
Tras mucho luchar, Ariel acaba encontrando la felicidad. Se sobrepone a las maldades de Úrsula, consigue el amor de su príncipe y finalmente es aceptada por su familia. Su padre acaba entendiendo que no es una sirena, sino una mujer humana y acepta que viva en tierra firme. El amor y la libertad todo lo pueden.
Y el colectivo LGTBI ve en esto que no hay nada de malo en ser distinto y que, a pesar de todo, se puede ser feliz.