Un día duro en la oficina, una jornada trabajando desde casa o incluso tardes enteras de estudio ininterrumpido; si quieres aplicarte en cualquier alternativa debes aprovechar al máximo cada minuto, por eso te traemos 7 trucos útiles para aumentar la productividad. Si los aplicas, notarás la diferencia.
1 Planificando de tareas
Si deseas un día productivo no dejes nada al azar, planifica con detalle lo que quieres hacer en las próximas horas. Necesitas una estrategia y unos objetivos definidos antes de sentarte a trabajar, antes de leerte los apuntes de la universidad y antes de rendir en casa colaborando en diferentes actividades interactivas.
Lo más sencillo es comenzar con una lista de tareas para un día o unas horas, pero sé realista e incluye solo aquellas posibles, no vale divagar con funciones que jamás llegarán a buen puerto. La variedad aquí se convierte en una virtud y alternar tareas de unos minutos con otras de largas horas será un punto a tu favor para no cansarte de hacer siempre lo mismo.
Imagina que tienes un proyecto muy grande y complicado, esos encargos que nos llevan mucho tiempo y esfuerzo; con estas funciones tendemos a bloquearnos, a frenar y no avanzar al ritmo adecuado. Ante ello busca una forma de dividir las tareas en otras más pequeñas, concéntrate en ir completándolas de manera continuada y así no perderás el ritmo.
2 Aprende a decir que "no"
Nos esforzamos por satisfacer a las personas de nuestro alrededor, lo hacemos por un simple motivo: no sabemos decir "no" y realmente todos tenemos un límite. ¿Puedes ponerte con esa tarea? ¿Te importa hacer este texto? ¿Te da tiempo a acabar esto antes de irte? Son preguntas comunes que cualquier trabajador recibe y a menudo contesta con un sonoro y equivocado "Sí".
Es importante darte cuenta que a veces no abarcamos todo, surgen imprevistos que nos quitan más tiempo del deseado o acontecimientos que requieren atención inmediata. Tal vez el problema no radica solo en decir "sí" a cada propuesta, sino en ser conscientes que no podemos hacerlo solos.
Deja que alguien te ayude, que asuma parte de tus responsabilidades porque el agobio llegará muy pronto si no comienzas a delegar parte de tus funciones. Céntrate en las más importantes, en los proyectos que entregar en primer lugar o simplemente en aquellos más satisfactorios que te reportan prestigio o dinero. Aquí depende mucho de tu escala de prioridades, pero decir "no" es fundamental.
3 Distingue profesional y personal
Una manera muy sencilla de distraerte cuando estás trabajando es dejarte embaucar por los mensajes personales de tu bandeja de entrada o las redes sociales. A menudo ambas partes se entremezclan con los asuntos trabajo, por eso es recomendable distinguir bien entre lo personal y lo profesional.
Si no tienes correo de empresa o trabajas siempre con tu cuenta personal, lo mejor sería intentar separar estos ámbitos. Crea una cuenta de email diferente sólo para tu trabajo, de esta manera evitarás la tentación de contestar a mensajes personales o leer y reenviar las eternas cadenas que siguen llegando sobre lindos gatitos, bomberos semidesnudos y chicas ligeritas de ropa.
Si te toca trabajar en casa, no te gustan las bibliotecas y prefieres la comodidad de tu habitación, es importante diseñar un lugar funcional para mejorar tu rendimiento y por tanto tu productividad. Estar en el sofá sentado no te beneficia, crea un espacio con un escritorio o mesa bien organizada que te ayude a optimizar tu jornada.
4 Ajusta tus metas
Nadie va el primer día al gimnasio queriendo ser la persona más capaz del mundo en una clase de spinning, ni tampoco te pones a levantar pesas como si fueras el más fuerte; el progreso y la mejora (en cualquier campo) requiere su tiempo y esfuerzo. Por eso nuestra recomendación es establecer unas metas.
¿Quieres sacarte la carrera a la primera, estudiar lo que deseas, ascender en tu empresa o trabajar lo máximo colaborando desde casa? Asegúrate de tener objetivos a corto plazo, funciones que conseguir en un breve periodo de tiempo para después enfocar tu actividad en otras. Van desde tareas de unos minutos a un día, metas para el mes siguiente y periodos más largos. Si es lo que quieres, apuesta por ello.
Un paso importante una vez rebasas tus objetivos, es celebrarlo. Después del trabajo duro por conseguir tus metas, ¿no vas a irte de cañas o cenar para festejarlo? No todo en la vida es trabajo, tener recompensas después de sacrificio es importante y celebrar tus logros te hará avanzar poco a poco para conseguir el siguiente objetivo.
5 Haz descansos
"Hasta que no acabe esto, no me levanto", ¿Cuántas veces hemos dicho esa frase? A veces estás tan concentrado en un proyecto que el tiempo vuela y no te das cuenta de esas 4-5 horas pegado al asiento de la silla. Estar un largo periodo así quizás no sea la mejor manera de ser productivo en el trabajo.
Los seres humanos estamos diseñados para mantener el ritmo y la renovar la energía, así funciona nuestro rendimiento. Cuando el ritmo decae, tu cuerpo pide a gritos un descanso en la dura jornada, por eso estudiar o trabajar sin descansos también tiene sus puntos negativos. Parar de vez en cuando no es contraproducente, sino todo lo contrario.
No hace falta un descanso de 1 hora, 10 minutos son más que suficientes; te servirán para airear tu cabeza y aumentar el flujo sanguíneo de tu cerebro. Deja de pensar en tus asuntos laborales durante ese tiempo, lo mejor es evadirte y cuando regreses a tu puesto lo cogerás con más ganas y las ideas renovadas, lo cual aumentará tu productividad.
6 Continúa aprendiendo
Has logrado un trabajo o estás haciendo lo que te gusta; como cualquier estudiante eso no debe suponer el abandono completo de las novedades de tu sector profesional. ¿Eres periodista? ¿Te gusta el diseño? ¿Los números se te dan bien? ¿El marketing es lo tuyo? Sea cual sea tu ámbito, debes estar atento a los cambios que suceden en el mundo.
Si sale un nuevo programa de diseño es posible que debas emplearlo en tu siguiente trabajo; si no has empezado como Community Manager tal vez tendrías que intentarlo si quieres ser alguien en Marketing; si se te da bien escribir de economía, más te vale aprender bien los términos propios y estar al día de las novedades en la bolsa. Como ves, el aprendizaje nunca termina.
Únete a grupos o comunidades, crea debates, asiste a conferencias y ponencias, haz cursos especializados, contacta con profesionales... cualquiera cosa te ayudará a continuar aprendiendo. Aumentarás tus habilidades, te mantendrás activo en tu campo y serás más competente en cualquier aspecto.
7 Tiempo de ocio y desconexión
Para ser productivo es importante contar con tiempo de ocio. Si trabajamos 365 días al año, 7 días a la semana, 24 horas al día es complicado desconectar. Sea de la manera que sea, es imprescindible liberarte de esa carga de vez en cuando y centrarte en ti mismo por un momento.
Ve al gimnasio, sal con los amigos, cena fuera de vez en cuando, comparte momentos con tu pareja, haz un viaje, acude al cine, diviértete con tu pasatiempo favorito... cualquier cosa para alejarte del mundo laboral. Con las actividades físicas además de liberar adrenalina notarás como la presión acumulada durante esas horas desaparece, quizás es lo que necesitabas para desconectar.
Aunque suene a locura, apaga el móvil. No hay nada como perderse en un pueblo remoto sin cobertura para sentir la paz y la tranquilidad en tu cuerpo. Las llamadas llegarán cuando vuelvas a estar operativo, pero esas horas o días de ocio habrán sido lo más productivos posibles al permitirte recargar las pilas y regresar con más energía.