El sexo es vida, por lo que cualquier momento es bueno para practicarlo. Incluso en el trabajo, según pretende un concejal sueco. Hay quien prefiere entregarse a la lujuria por la noche, algunos que cambian la hora de la siesta por un buen revolcón y otros que están dispuestos a darlo todo a primera hora de la mañana. Ya se sabe, "desde que amanece, apetece".
Entre las legañas y el aliento a cloaca, la mañana quizás no es el momento más sexy de uno, pero el "polvo de buenos días" no entiende de estas cosas y una vez se desata la pasión, nada más importa. En realidad no hacen falta razones para practicar sexo, pero el mañanero, tal y como recoge El Sextante, se merece un homenaje resaltando todos sus puntos a favor.
1 Todo está listo
Una cama, dos personas -o las que sean-, poca ropa, intimidad y cercanía física. El escenario para el pecado ya está listo para el asalto. Muchas veces el sexo está condicionado en buscar ese momento ideal que en este caso ya se presenta por sí solo.
2 La erección está asegurada
En el caso de que haya algún hombre en la relación, el sexo mañaero ya regala, nada más empezar, una buena erección. La gran mayoría de los hombres se despiertan con la "tienda de camapaña", lo que facilita el comienzo, aunque eso no quiere decir que no haya que trabajar en los preliminares.
3 Empezar el día con un orgasmo
Madrugar no le gusta a nadie, pero si despertarse significa llegar al orgasmo, la cosa cambia bastante. El orgasmo alivia tensiones, rejuvenece, relaja, disminuye la ansiedad. No hay una mejor forma de empezar el día. Imagina tener un mañanero el lunes. Felicidad para toda la semana.
4 Mejor que el despertador y que el café
Despertarse con la alarma del móvil o con el típico despertador nos pone de mal humor. No es lo mismo abrir los ojos entre tocamientos y besos de tu pareja que ante un pitido insolente. Además, un buen polvo nos despereza mejor que cualquier café. Todo son ventajas.
5 Primero sexo y después ducha... o a la vez
El ritmo de vida tan frenético que lleva el ser humano a veces nos hace medir hasta los tiempos del fornicio. Si después de practicar sexo tenemos que ducharnos, igual no nos da tiempo. En el caso de los mañaneros todo es más fácil pues después de uno rapidito hay tiempo de una ducha. O por qué no, sexo y ducha a la vez.
6 Buen humor para todo el día
Llegar al trabajo con una sonrisa nos hará desempeñar nuestras tareas de una manera más eficaz y positiva. Estar de buen humor es sinónimo de estar "bien follado". La jornada laboral se hará más llevadera y nuestros compañros seguro que se contagian del buen ambiente. A no ser que ellos estén "mal follados", claro.
7 Te ahorras el gimansio
No es un mito: el sexo favorece y mejora la condición física. La pesas o la elíptica no son tan divertidas como una buena sesión de sexo. Con un buen mañanero nos ahorraremos una aburrida hora de gimnasio a cambio de sexo salvaje y desenfrenado.