El 11 de julio de 2013, Netflix lanzaba 'Orange Is The New Black', una de sus primeras series originales que llegaba dispuesta a hacerse un hueco entre las mejores ficciones del momento. Creada por Jenji Kohen, está basada en el best seller autobiográfico Orange Is The New Black: My Year In A Women's Prison, escrito por Piper Kerman a raíz de sus vivencias en la cárcel.
Protagonizada por Tylor Schiling y Laura Prepon, este drama carcelario narra las historias de las reclusas de la prisión de mujeres de Litchfield, Nueva York, todo ello a partir de la entrada en la cárcel de Piper Chapman. Las vivencias del personaje central y su relación con el resto de sus compañeras y agentes de seguridad forman una serie de tramas con las que reflexionar y de las que se pueden aprender muchas lecciones. Y tú... ¿qué has aprendido viendo 'Orange Is The New Black'?
1 La cárcel también es para mujeres
Hasta la llegada de ficciones como 'Orange Is The New Black', 'Wentworth' o 'Vis a Vis'; en televisión predominaba la idea y el estereotipo de que la cárcel solo está hecha para hombres, para tipos duros que han cometido los peores crímenes del mundo. Sin embargo, las reclusas de Litchfield han demostrado que nadie se puede librar de la justicia y cualquiera que sobrepase los límites que marca la ley puede acabar entre rejas.
Así pues, de la mano de Piper y sus compañeras de prisión hemos comprobado de primera mano cómo son las cárceles para mujeres, unos lugares igualmente de temibles y peligrosos que cualquier centro penitenciario. La escasez de higiene, comida de pésima calidad, las luchas entre bandas, los abusos por parte de los guardias de seguridad o los motines también se viven en prisiones como Litchfield.
2 Visibilidad lésbica
Uno de los factores en los que más ha contribuido 'Orange Is The New Black' es en aportar visibilidad a las relaciones homosexuales y, más concretamente, a las parejas formadas por mujeres. La historia de su protagonista, Piper, nos ha enseñado que el amor no entiende de géneros ni de sexo: simplemente, de dejarse llevar por los sentimientos y los dictados de nuestro corazón, aunque nos hagan cometer locuras o ilegalidades que te hagan terminar en la cárcel.
Pero no queda ahí la cosa. La vida amorosa del resto de reclusas también nos ha mostrado cómo el amor puede surgir cuando menos te lo esperas e incluso entre barrotes. 'Orange Is The New Black' siempre ha defendido el amor libre y sin prejuicios y lo continuará haciendo en sus nuevos capítulos.
3 El tabú del sexo lésbico sin necesidad de sexualizar a las mujeres
El sexo en general sigue siendo un tema tabú a pesar de tratarse de algo natural. Pero si se trata de sexo entre dos mujeres o entre dos hombres, todavía existe mucho más secretismo y aversión. 'Orange Is The New Black', con sus tramas amorosas y de amor libre entre las reclusas, ha contribuido en cierto modo a derribar ese tabú y normalizar las escenas de sexo entre mujeres.
Asimismo, este tipo de relaciones se muestran en pantalla sin necesidad de sexualizar a la mujer, algo que sucede en muchas otras ficciones, programas, películas y anuncios, donde la mujer se presenta como mero objeto de deseo. Se agradece que 'Orange Is The New Black' deje de lado esos estereotipos machistas y apueste por una visión más real de la vida y del amor en general.
4 Una serie cien por cien femenina
Que 'Orange Is The New Black' es una ficción creada por mujeres, es algo más que evidente. Desde su creadora hasta el elenco, que cuenta con una mayoría femenina, algo que resulta una excepción en el mundo audiovisual, aunque nos encontremos en pleno siglo XXI. Sin embargo, por mucho que algunos puedan pensar lo contrario, se trata de una serie para todos los públicos, que puede gustar tanto a mujeres como a hombres.
Del mismo modo, aunque tiene algunos detalles que muestran una clara lucha por defender derechos de la mujer y lanzar al mundo alegatos feministas, Jenji Kohan va más allá y rompe con estereotipos para mostrar personajes femeninos complejos, con todas sus virtudes y defectos. Además, fuera de la pantalla, muchas de las actrices han alzado la voz por la igualdad y el feminismo, ejerciendo de altavoz para defender los derechos de todas las mujeres.
5 El drama y el humor pueden ir de la mano
Vivir en la cárcel no es motivo de diversión, pero en 'Orange Is The New Black' nunca faltan las risas. El humor siempre está presente gracias a ciertos personajes que consiguen despertar la sonrisa en el espectador. Eso sí, con un toque de humor ácido y sarcástico no apto para todos los públicos, pero que conjuga a la perfección con la situación trágica que están viviendo.
De este modo, aunque predomina el drama por la situación que viven las protagonistas, los guionistas nunca se olvidan del humor y siempre introducen alguna historia o chascarrillo que complementa a la perfección las tragedias de la trama principal, demostrando que el drama y el humor pueden ir de la mano.
6 Normalización de la transexualidad
Otro de los aspectos que convierten a 'Orange Is The New Black' en todo un referente en progreso e igualdad es la normalización de la transexualidad, algo que consiguen gracias al personaje de Sophia, una reclusa interpretada por Laverne Cox, actriz transexual y activista. A través de ella, vemos lo complicado que puede resultar socialmente este proceso de reasignación de género, una decisión tan válida como cualquier otra y que nadie debería rechazar ni juzgar.
Conociendo el pasado de Sophia, en la época en la que contaba con una anatomía masculina y era madre de un hijo, somos testigos de esa complejidad que supone aceptarse y asumir quién eres de verdad, aunque rompa con lo socialmente establecido. Sophia se convierte así en un grito a la sociedad, en una llamada de atención para que la transexualidad se trate sin prejuicios y de forma abierta y natural.
7 Multitud de razas
Cuando te metes de lleno en las historias de 'Orange Is The New Black' rápidamente te das cuenta de que las tramas están protagonizadas por un elenco plural, donde podemos encontrar personajes de lo más variopinto. Pero lo que más llama la atención es la facilidad con la que han conseguido integrar diferentes etnias, dándonos a conocer varias culturas y religiones.
Sin ir más lejos, la cuarta temporada estuvo marcada por la rivalidad entre las distintas etnias que conviven en el centro penitenciario, unas diferencias acentuadas por culpa de los nuevos guardias de seguridad, ese grupo encabezado por Piscatella. Sin embargo, las presas supieron unirse ante un mismo objetivo, luchar por la justicia e igualdad, demostrando la importancia de convivir en armonía, respetándose unas a otras.