A pocos días de la gran final de 'GH VIP 7', los fans del reality show apuran la recta final del programa para votar por su concursante favorita. Alba Carrillo, Noemí Salazar, Mila Ximénez y Adara Molinero se juegan la carrera hacia el maletín y solo una de ellas logrará alcanzarlo. La final se dibuja de cuatro perfiles que han protagonizado las principales tramas de la edición, pero si hay alguien en torno a quien girado la séptima temporada de 'GH VIP' esa es Adara Molinero. Rescatada de 'GH 17', la joven ha revolucionado la casa de Guadalix de la Sierra en los últimos meses y hoy analizamos siete razones por las que ella y nadie más merece alzarse con la victoria en 'GH VIP 7'.
1 Su historia de amor con Gianmarco
Adara es la definición más precisa de lo que supone ser una concursante redonda. A pesar de que su paso por la casa está marcada, inevitablemente, por su relación con Gianmarco, la joven ha sabido renovar sus tramas constantemente y ha hecho vibrar a la audiencia con sus peores y sus mejores momentos. Es decir, no ha necesitado una historia de amor para adquirir relevancia en el concurso, pero es innegable que su cuasi romance con el italiano ha centrado gran parte de su trayectoria en 'GH VIP 7'. El público ha sido testigo, casi de forma voyeurísitca, del inicio de sus sentimientos y de sus dudas con respecto a Hugo, su pareja. La audiencia ha podido ver cómo nacía una historia de amor prohibido en directo, nuestro particular culebrón turco, y el programa ha recuperado parte de su esencia gracias a la entrega de la concursante.
2 Su amistad con Joao
Este "romance a escondidas" no habría sido lo mismo sin la presencia del Maestro Joao que, contra todo pronóstico, se convirtió muy pronto en el fiel aliado de Adara. Nadie daba un duro por su amistad y, de hecho, el fichaje de ambos no fue casualidad. Que compartieran una expareja fue clave para encerrarlos a los dos en una casa incomunicada durante tres meses, pero la premisa del programa se deshizo cuando la pareja de concursantes encontró más sentido al encuentro que al conflicto. Desde el comienzo de la edición, ambos han caminado de la mano y han demostrado tener una amistad fiel y sincera a pesar de sus diferencias. Han compartido confidencias, travesuras y conflictos y gracias a Joao hemos conocido los sentimientos más profundos de Adara, que se ha abierto en canal frente a su amigo regalando a la audiencia momentos de intimidad en el confesionario impagables.
3 La alianza con Hugo Castejón
No tuvo un desenlace tan positivo, sin embargo, la alianza que la joven construyó con Hugo Castejón. Juntos se convirtieron en el azote del resto de la casa y compartieron durante semanas su guerra contra el resto de concursantes. Su unión duró más bien poco, pues con la repesca del economista, Adara comenzó a desconfiar de su compañero y se apartó de él tras filtrarse una reveladora conversación que la joven mantuvo con Joao en la cruz de cámaras. No obstante, su alianza recordó a la que el pasado año firmó Miriam Saavedra con sus inseparables Koala y Verdeliss, y ambos concursantes se convirtieron pronto en los favoritos del público. En plena golpe de estado en la convivencia, Adara y Hugo formaron la resistencia y juntos batallaron una guerra psicológica de la que salió perdedora la otra parte. Toda una declaración de intenciones tanto por su parte como por parte de la audiencia, que se posicionó al lado de Adara desde el principio.
4 Su capacidad para perdonar
Y es que toda esa vorágine de acontecimientos que la enfrentó al resto de la casa en los primeros meses de concurso se ha esfumado con el paso del tiempo, y quienes fueran sus enemigas principales al inicio del reality son ahora amigas con las que comparte su carrera hacia la final. La ausencia de rencor y su capacidad para perdonar son dos de las virtudes más destacables de Adara, que ha logrado salir a flote y ganarse a sus compañeros en la última etapa del concurso. Es cierto que este es un fenómeno que se da habitualmente en las últimas semanas de concurso, cuando son tan pocos los perfiles que quedan en Guadalix, pero no siempre ocurre de una manera tan genuina y natural como ha sucedido en esta ocasión.
5 Ha estado siempre nominada
Adara ha sido una de las concursantes que más difícil lo ha tenido para llegar a la final. Ha vivido prácticamente todo el concurso nominada, encadenando semana a semana una nueva nominación que la ha colocado a las puertas de la expulsión constantemente. Pero la joven ha logrado librarse una y otra vez y ha contado con el fiel apoyo de una audiencia que se ha enamorado de la villana de 'GH 17'. Su trayectoria en el VIP, nada fácil y llena de tropiezos, merece un reconocimiento final.
6 Ha sido la auténtica protagonista de la edición
A pesar de haber sido una temporada muy coral, si solo pudiéramos quedarnos con un concursante, esa sería Adara. Ella ha sido la auténtica protagonista del programa, llevando a sus espaldas todo el peso de la edición prácticamente desde el primer día. Y es que, a pesar de su fama por haber participado ya en 'Gran Hermano' en 2016, Adara ha seguido representando el espíritu inocente de los concursantes anónimos en el programa, olvidándose literalmente de las cámaras y los micrófonos y compartiendo con Joao sus cuestiones más íntimas. Regalando a la audiencia momentos únicos en los que el público se ha sentido cómplice. Y guste más o guste menos, cualquier persona sabría reconocer que ella es 'Gran Hermano', ella es la esencia del formato.
7 Es una deuda histórica
La joven se dio a conocer en el año 2016 tras su participación en la edición de anónimos de 'Gran Hermano'. Su paso por el programa fue muy diferente al de ahora pues, a pesar de protagonizar sonadas broncas y ser el centro de muchas de las tramas de aquel entonces, Adara se convirtió en la auténtica villana y fue expulsada en mitad del concurso, para sorpresa de la audiencia, contra uno de los principales muebles de la edición: el francés Alain. Por tanto, su victoria a día de hoy sería como solventar una deuda histórica que el público tiene con la concursante y viceversa. La guinda a un pastel que comenzó a cocinarse hace ahora tres años.