El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha sido acusado en infinidad de ocasiones de prepotencia: por los medios, por los partidos contrarios, por sus propios compañeros de partido... Y él mismo reconoce que "a veces" ha sido "soberbio". ¿A qué se refiere? Estos son los momentos que han contribuido a la imagen de soberbia que muchos ciudadanos tienen de Pablo Iglesias.
1 El primer rechazo a Izquierda Unida
Antes de unirse, Podemos e Izquierda Unida parecían irreconciliables, según las palabras de Pablo Iglesias. En junio de 2015 dedicó unas duras palabras al partido que después se convertiría en su principal aliado: "El típico izquierdista tristón, aburrido, amargado..., la lucidez del pesimismo. No se puede cambiar nada, aquí la gente es imbécil y va a votar a Ciudadanos, pero yo prefiero estar con mi cinco por ciento, mi bandera roja y mi no sé qué. Me parece súper respetable, pero a mí dejadme en paz. Nosotros no queremos hacer eso. Queremos ganar", dijo Iglesias en una entrevista para Público.
Pero no se quedó ahí, sino que fue más allá dejando claro su rechazo hacia Izquierda Unida: "No quiero que cenizos políticos, que en 25 años han sido incapaces de hacer nada, no quiero que dirigentes políticos de Izquierda Unida, y yo trabajé para ellos, que son incapaces de leer la situación política del país, se acerquen a nosotros". Este desprecio valió a Iglesias múltiples acusaciones de arrogancia, especialmente cuando después pareció cambiar de opinión y Podemos e IU se convirtieron en Unidos Podemos.
2 Más desprecios a IU
Cuando por fin se decidieron a unirse en la plataforma Unidos Podemos en mayo de 2016, la formación morada pareció ser quien decidió cómo serían las listas para las elecciones generales del 26-J. Y muchos interpretaron el resultado como un desprecio de Pablo Iglesias hacia Alberto Garzón. La lista por Madrid levantó ampollas, con Pablo Iglesias en primer lugar, Carolina Bescansa en el segundo, Íñigo Errejón en el tercero, Irene Montero en cuarto puesto y Alberto Garzón en quinto lugar.
Muchos creían que Izquierda Unida tendría más peso en la nueva coalición, pero el hecho de que Garzón estuviera tan abajo en la lista fue interpretado como una falta de respeto hacia IU.
3 La falta de reconocimiento a Ada Colau
El triunfo de Ada Colau en Barcelona fue un éxito sin precedentes, un momento en que se demostró que no tienen por qué ganar los partidos de siempre. Colau criticó que Pablo Iglesias hubiese reconocido su victoria como propia: en el libro Ada, la rebelión democrática escrito por el periodista Joan Serra, Colau revela que en la PAH "molestó muchísimo" que Podemos escogiese ese nombre para su formación, muy parecido al "Sí se puede" coreado por la plataforma. También criticó que no se les reconociese como los que habían creado "ese contexto de oportunidad".
Por estas razones, Colau afirmó que Iglesias actuó "con toda la arrogancia" al crear Podemos y hacer suyas consignas e ideas que ya habían sido forjadas desde hacía tiempo.
4 La vicepresidencia
En enero de 2016, Podemos anunció que pactaría con PSOE e Izquierda Unida para la formación de un gobierno en coalición presidido por Pedro Sánchez. Pero había un precio muy alto para contar con su apoyo: Pablo Iglesias sería el vicepresidente del Gobierno, lo que significaría que controlaría el CNI, el CIS y la relación con las Cortes. También pidió para su partido los Ministerios de Economía, Defensa, Educación, Justicia y el control de RTVE.
Las voces críticas del partido y de las demás formaciones políticas vieron en estas exigencias una señal de que Iglesias había ido demasiado lejos al pedir tanto poder en el Gobierno.
5 Su discurso sobre las mujeres
Pablo Iglesias incendió las redes cuando habló de la necesidad de una 'feminización' de la política, especialmente cuando dio su opinión de lo que significa esta mayor feminidad: "En este momento, feminizar la política es construir comunidad en los barrios, los centros de estudio y los centros sanitarios, eso que tradicionalmente conocemos, porque hemos tenido madres, qué significa cuidar".
Muchos vieron en las palabras de Iglesias cierto machismo al identificar el ser mujer con cuidar a los demás. Le acusaron de prepotente por unas palabras que fueron vistas como paternalistas por algunos sectores.
6 La Cruz de Borgoña
Durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy, Pablo Iglesias intervino para hablar sobre la Monarquía y el PNV, a los que llamó "las dos instituciones a prueba de crisis", y dijo que estaban "bien unidos por la Cruz de Borgoña".
Pero el toque soberbio lo dio justo después, insinuando que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, no sabía a qué se refería: "Puede que Albert Rivera tenga que buscar el Google qué es la Cruz de Borgoña". Lo cierto es que esta frase unida al tono dio a Pablo Iglesias un aire de superioridad que no ayuda a su imagen de soberbio. Rivera no se quedó callado, sino que contestó con un contundente "¡Vaya gilipollas!".