Estamos acostumbrados a la vida en ciudades y pueblos comunes, a nuestras carreteras, edificios, coches y paisajes. Sin embargo, la costumbre no provoca que todo deba ser así. Por ello presentamos cinco de los pueblos que han decidido instalarse en los lugares más sorprendentes posibles:
1 Aogashima (Mar de Filipinas)
En la isla de Aogashima, en el cráter de un volcán, unas 205 personas han decidido instalarse. La población, que se concentra en el cráter de la isla de ocho kilómetros cuadrados, ha decidido arriesgarse y desafiar a la naturaleza.
En el pueblo solo hay una escuela, un helipuerto y una oficina de correos. El volcán sobre el que viven permanece activo, aunque la última erupción tuvo lugar hace más de 200 años, en 1785.
La isla se encuentra en el Océano Pacífico, a 358 kilómetros al sur de Tokio. Todavía no es muy popular para los turistas, pero es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza.
2 Huacachina (Perú)
El anterior pueblo era el cráter de un volcán, pero este no se queda atrás en cuanto a sorprendente. El oasis de Huacachina existe desde el siglo XX, cuando un centenar de personas decidieron instalarse en él.
Las propiedades del agua han provocado que Huacachina haya pasado a ser uno de los balnearios más importantes de Perú, visitado hoy en día por cientos de turistas. La laguna está a cinco kilómetros de Ica, y tiene paisajes impresionantes. Surgió a raíz del afloramiento de corrientes subterráneas, y tiene a su alrededor una abundante vegetación compuesta por palmeras, eucaliptos y huarangos.
3 Bandiagara (Malí)
Los acantilados de Bandiagara pertenecen a la región de Mopti, y se extienden alrededor del río Níger, en unos 200 kilómetros. En 1989 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ya que son "el hogar de la tribu dogón".
Además, las paredes y grietas escarpadas de roca sirven como refugio para dogones, ya que camufla y aísla las casas de adobe del calor natural de la sabana.
Sus construcciones se originan en la conolización, y antiguamente solo se podía acceder escalando. Sin embargo, hoy en día se puede acceder mediante otros dos lugares muy estrechos.
4 Islas flotantes del lago Titicaca (Perú y Bolivia)
En el lago Tititcaca se encuentran las islas flotantes en las que vive el pueblo ancestral de los Uros. En la parte de Perú, están en la bahía de Puno.
Los islotes amarillentos en los que viven están construidos con un tipo de junco llamado totora que crece en el agua. Los uros recolectan sus raíces cuando salen a flote, en la época de lluvia, cortan grandes bloques y los van uniendo hasta que forman una isla flotante que puede perdurar hasta 23 años. A día de hoy hay unas 80 islas de Uros en el lado peruano.
5 Coober Pedy (Australia)
Coober Pedy es conocida como la ciudad subterránea. Cuenta con 1.700 habitantes y está al norte de la Australia Meridional. Tiene una gran abundancia de minas de ópalo y su población vive bajo tierra, en algunas minas rehabilitadas en las que se protegen de las altas temperaturas, ya que podrían llegar a alcanzar los 51º.
Aunque Coober Pedy se fundó en 1951, no fue hasta 1981 cuando se construyó el primer hotel del pueblo, que a día de hoy se ha convertido en un lugar turístico. Además, tienen tiendas subterráneas, bares, museos e iglesias para visitar.