Se trata de un debate que, en los últimos años, ha generado mucha controversia entre las familias y el ámbito educativo. Los deberes dividen tanto a padres como a profesores y, entre tanto, los niños pasan horas y horas en casa realizando tareas académicas que les impiden gozar de su tiempo libre. Según un estudio de Metroscopia recientemente publicado en El País, un 61% de los españoles considera que los deberes que se mandan a los niños son demasiados.
Tan solo un 27% cree que la cantidad es adecuada. No obstante, independientemente de la necesidad de rebajar o no el peso de los deberes, España se divide casi a partes iguales entre los que piensan que las tareas diarias son positivas y los que no. Por ese motivo, hemos decidido recopilar 5 motivos a favor y en contra de los deberes para invitar a la reflexión a todo aquel que lo desee.
A favor
1 Generan hábitos
Los deberes ayudan a crear hábitos de trabajo y a organizar las tardes de los más pequeños. Son necesarios para que los niños se acostumbren a tener ciertas obligaciones que deben cumplir para disfrutar, más tarde, de su tiempo libre y favorecen la comprensión de lo que supone el esfuerzo personal. Una de las funciones más importantes que cumplen las tareas extraescolares es la de hacer ver a los niños que en el desarrollo de sus vidas se encontrarán con diferentes obligaciones que deberán solventar pese a no ser deseables.
2 Consolidan el aprendizaje
Por todos es sabido que para adquirir cualquier tipo de conocimiento o habilidad el secreto es la práctica. Los deberes funcionan como entrenamiento para que los niños afiancen los conocimientos que han ido adquiriendo en clase durante las horas lectivas. Para resolver con destreza problemas matemáticos o para aprender a leer con fluidez es necesario trabajar no solo en las aulas, sino también en casa. Lograr un buen rendimiento académico requiere esfuerzo y trabajo más allá de los muros del colegio.
3 Ayudan a adquirir enseñanzas importantes para la vida
Los niños deben aprender que, para conseguir ciertos propósitos personales, es de vital importancia esforzarse y trabajar en ellos. Si quieren lograr buenos resultados académicos, es necesario que cultiven en sí mismos inquietudes o propósitos, y que se marquen pequeños retos o metas. Que investiguen y se esfuercen en conquistar sus miras. Que esos mismos planes o proyectos vayan más allá de las aulas.
4 Fomentan la disciplina y la constancia
En un momento en el que se cuestionan las aspiraciones de nuestros jóvenes y andamos preocupados por la proliferación de la llamada 'generación nini', los deberes promueven el fomento de la disciplina y la constancia. Al hilo del apartado anterior, los deberes ayudan a adquirir obligaciones que no pueden ser solventadas sin un trabajo constante y bien planificado, ayudan a instaurar rutinas necesarias. El colegio y lo que sus estudios conllevan obligan a los niños a someterse a ciertas reglas que deben cumplir. Es importante que se ajusten a un ritmo de trabajo, siempre acorde a su edad y a sus capacidades, pero que les haga comprender que, con la edad, se deberán enfrentar a circunstancias parecidas como los estudios universitarios o el desarrollo de una actividad laboral.
5 Los padres pasan tiempo con sus hijos
Aunque resulta muy complicado conciliar la vida laboral con la vida familiar, los deberes son la excusa perfecta para que los padres pasen tiempo con sus hijos. En una época en la que las formas de entretenimiento de los niños son bastante autónomas, apartadas de la interacción con sus padres, la hora de hacer los deberes puede ser un buen momento para fomentar las relaciones entre padres e hijos. Es cierto que los deberes favorecen la autonomía del alumno, que adquiere ciertas destrezas en las aulas con ayuda de sus profesores para, más tarde, enfrentarse por sí solo a las tareas y dificultades que se desprenden de los deberes. No obstante, resulta positivo que los menores acudan a sus progenitores y aprendan a pedir ayuda.
En contra
1 Son horas extra
A nadie le gusta quedarse en el trabajo haciendo horas extra. A los niños tampoco. Los menos pasan entre seis y diez horas entre los muros del colegio. Si a eso les sumamos las actividades extraescolares o las obligaciones familiares de cada niño, resulta agotador que, al finalizar su jornada lectiva, deban pasar otras dos horas en casa haciendo deberes. Las horas extra suponen un cansancio mental, emocional y físico que puede traer, como consecuencia, el nacimiento de un sentimiento negativo hacia el colegio y los estudios y que promueva, con el tiempo, el abandono escolar.
2 Están generalizados y no se adaptan a cada alumno
Los deberes tienen sentido cuando suministran conocimientos, disciplina, habitualidad o aportan algo positivo al alumno. Sin embargo, hoy en día los deberes son los mismos para cualquier tipo de niño, independientemente de sus circunstancias personales o sus capacidades académicas, lo que puede llevar a un estado de frustración del menor o problemas de ansiedad y depresión. Por regla general, los alumnos no se encuentran en igualdad de condiciones por multitud de factores, como por ejemplo la ayuda que puedan recibir de sus padres como consecuencia de su flexibilidad laboral.
3 Son aburridos
En muchas ocasiones, los deberes son tareas aburridas que no fomentan la creatividad o la imaginación, componentes muy importantes en según qué edades. Hay multitud de actividades que los niños pueden realizar en casa o en la calle, tras las clases, y que nada tienen que ver con la concepción actual de los deberes, como leer páginas y páginas de historias que carecen de interés por parte del menor, realizar multitud de problemas matemáticos que no despiertan inquietudes en el niño o copiar enunciados y oraciones textuales. Todas ellas tareas que se realizan sin prestar la más mínima atención y alentando la falta de interés del menor y su desapego por la actividad académica.
4 Generan ansiedad y estrés
Según datos de Comunidad Escolar, el 32% de los niños dedican más de dos horas a las tareas escolares. La Sociedad Española de Psiquiatría informó hace unos años que el 10% de los niños sufre de estrés y ansiedad como consecuencia de llevar una vida demasiado ajetreada y con demasiadas responsabilidades académicas. Algunos de ellos deben ser tratados con ansiolíticos y antidepresivos.
5 Los niños necesitan tiempo libre
En determinadas edades, sobre todo en Primaria, los niños se encuentran en una fase importante de su desarrollo vital. Necesitan tiempo libre para aburrirse y encontrar por sí solos formas de entretenerse y de jugar. De esta manera, se fomenta la imaginación y la creatividad, disminuyen los niveles de tensión y ansiedad, aprenden a desconectar de sus responsabilidades, disfrutan de su día a día y también del tiempo libre de sus padres. Las posturas en contra de los deberes se fundamentan en el artículo 31 de la convención de los derechos del niño: «El niño tiene derecho al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes».
Y tú, ¿estás a favor o en contra de los deberes de los niños?