Un día después de la jornada feminista del Día Internacional de la Mujer, Celia y Capucine paseaban por el madrileño barrio de Salamanca a mitad de tarde. Miraban los escaparates a la altura de la calle Goya cuando Capucine quiso tener un gesto cariñoso con su novia, y le dio un beso en los labios. En ese momento, una voz masculina les gritó "fuera de aquí". Se trataba del homófobo portero del edificio ante el que se encontraban espetó todo tipo de barbaridade a la pareja: "aquí nadie viene a darse el lote, guarras".
La pareja ha contado a Público su reacción ante este ataque homófobo. Celia relata que "como estaba apoyada en la pared, pensé que le había dado al interruptor y por eso se molestó". Pero no fue así. Su reacción fue responder con calma ante el ataque: "Ayer (por el viernes 8M) fue un día para revolucionar, para aprender a que hay que tratar con respeto a las minorías. Nadie se está metiendo en su vida ni estamos atacando a su persona."
La pareja relata que el hombre respondió de manera agresiva: "me estáis tocando los cojones". Y añadió: "me vais a chupar los cojones, guarras degeneradas". En ese momento Capucine empezó a sufrir un ataque de ansiedad y Celia decidió llevarla al interior de una tienda para calmar sus nervios.
Celia estuvo decidida desde el primer momento a denunciar la agresión a la policía, y así se lo hizo saber minutos después de la discusión. "Entonces me llamó mamarracha y me lanzó una mochila, pero no llegó a darme. Previamente se había puesto a unos milímetros de mi cara, levantando el puño como amenaza". Ante su denuncia, la policía no pudo actuar porque no hubo una agresión física o amenaza de muerte.
Sororidad y respeto
Lo que sí consiguió su denuncia fue que la información se publicara en la revista MiraLES, donde se difundieron los hechos. Así, se provocó la reacción de diferentes organizaciones de mujeres que, convocadas por la Plataforma de Encuentros Bolleros, se manifestaron unos días después ante la garita del portero. Alrededor de cuarenta mujeres de diferentes asociaciones gritaron "nos tocan a una, nos tocan a todas", "estamos hasta el culo de tanto machirulo" o "España mañana será lesbiana", para defender a esta pareja y condenar los ataques homófobos que todavía se sufren en la actualidad.
Fuimos uno de los millones de granos de arena que luchan cada día para que todos podamos gozar de una mayor libertad
Celia recuerda que"fue un acto muy pacífico" y que aunque "no conocía a ninguna de esas mujeres, allí estaban para parar la homofobia e inducir el respeto". A la protesta se unieron vecinas y transeúntes. Las jóvenes han querido agradecer el apoyo de todas las participantes en Facebook: "Fuimos uno de los millones de granos de arena que luchan cada día para que todos podamos gozar de una mayor libertad". Al final, la protesta culminó con una besada y consiguieron las disculpas del agresor.
Celia también reconoce que aunque es la primera vez que sufren un ataque homófobo en España, ya los han vivido en otros lugares de Europa. "En ciudades como París o Ámsterdam nos han intentado agredir, un tío hasta nos escupió o nos han intentado echar de un autobús", confiesa Celia. Aunque España es más abierto en comparación con otros países de Europa, este caso es solo un ejemplo de que todavía queda mucha lucha para conseguir la igualdad, la tolerancia y el respecto.