Hoy vamos a hacer una regresión al pasado. Vamos a volver al 4 de diciembre de 1977. Francisco Franco ya había fallecido, la dictadura franquista estaba en las últimas, pero la democracia aún no hacía su aparición en España. Un día en el que Andalucía entera hizo ver a España, y al mundo, que era una Comunidad Autónoma que realmente merecía autonomía plena. Que ser andaluz también era un orgullo, y que sus ciudadanos tenían conciencia andaluza.
Las portadas de los periódicos ese día estaban todas de acuerdo en algo: estaba pasando algo grande. El Correo de Andalucía tenía como portada una página en blanco, con una nota redactada a mano por el periodista Juan Holgado: "Hoy, un día de bandera. Una primera página de la historia de Andalucía que debemos llenar todos con nuestra presencia". Así se anunciaba una grandiosa manifestación (manifestaciones, realmente, puesto que hubo muchas simultáneas) donde Andalucía pedía autonomía plena. Reivindicaba sus señas de identidad, su perfil, su idiosincrasia.
Lo que se buscaba era ganar autonomía para, de esta forma, tratar de acabar con el paro. La gente quería trabajo, quería acceso a la educación, acceso gratuito a la sanidad y, sobre todo, poder mantener a sus familias. El 4 de diciembre parecía un día más, pero no lo fue. Acabó siendo un momento crucial para Andalucía que, sin embargo, muchos jóvenes parecen haber olvidado. El 4 de diciembre fue un nexo de unión para todos los andaluces, un momento de orgullo que aún muchos recuerdan con una sonrisa. Pero también una tragedia.
La tragedia del 4 de diciembre de 1977
El 4 de diciembre, Andalucía se echó a la calle cuando ni siquiera era todavía Andalucía. Cuando las Comunidades Autónomas no existían como lo hacen a día de hoy, y España funcionaba realmente como una sola comunidad. Pero lo que parecía una fiesta acabó siendo una tragedia.
En Málaga, un joven escaló la fachada de la Diputación Provincial. Su única ambición era colgar allí la bandera de Andalucía en un balcón donde únicamente estaba la bandera de España. Con este sencillo gesto, buscaba hacer entender al mundo que había una unión andaluza, que esta comunidad (al igual que todas) tenía sus propias particularidades, y estas debían ser tenidas en cuenta. Pero poco después, las cargas de la Policía comenzaron. Fueron momentos muy convulsos, y todo acabó con un joven de diecinueve años muerto a tiros por la espalda. García Caparrós, un trabajador que, como todos sus compañeros, lo único que buscaba era que los andaluces tuvieran unas mejores oportunidades, acabó siendo asesinado.
Juan José Téllez ha realizado unas declaraciones a El dIARIO al respecto, explicando que esta tragedia "provocó gran conmoción". Marcó un antes y un después. Tras este asesinato, del que nadie fue acusado, el 4 de diciembre se convirtió en un día a tener en cuenta en la historia andaluza. Y si bien el día de Andalucía es el 28 de febrero, este 4 de diciembre debería ser considerado una especie de segundo día de la Comunidad Autónoma. Fue un día en el que Andalucía salió de su estupor previo, o del estupor en el que muchos creían que vivía, y demostró que ser andaluz es algo de lo que estar orgulloso. No era la primera vez que una revolución comenzaba en Andalucía e, históricamente, todo apunta a que tampoco será la última.