"¿Cómo tiene el chocho? ¿Pelirrojo?" Las legendaria frase de Antonio Recio queriendo descubrir si Judit tiene el Amazonas entre las piernas demuestra una cosa: pertenece al 70% de los hombres a los que no les importaría encontrarse un matorral en los bajos al estilo de Chewbacca.
Sin embargo, aún queda otro 30% que prefiere que eso esté... como la cabeza de Kiko Matamoros, sin un pelo y sin tener que echar mano a la motosierra. Así al menos lo atestigua un estudio publicado en las revistas Esquire y Askemn'sk en el que se afirma que hasta el 30% de los hombres cortarían una relación sexual si encontrasen el más mínimo rastro de vello en el potorro pubis.
En el resto, hay división de opiniones: el 46% prefiere el 'mismísimo' completamente rasurada, el 30% optarían por un vello público arreglado y solo el 12% optarían por una línea fina. Si la opción es un bigote a lo Hitler, por la salud de la sociedad, espero que las cifras estén exageradas.
¿Estamos ante un caso más de cosificación de la mujer? ¿Ocurriría lo mismo en el caso contrario? Lo cierto es que las mujeres (y los hombres) que se enfrentan a la depilación púbica corren el peligro de otra serie de riesgos, como el "aumento del riesgo de infecciones que se producen en el área", tal y como ha declarado la doctora Luisa Dillner en BBC.
Al contrario de la idea que impone la sociedad, la depilación no aumenta la higiene, y nos expone a mayor riesgo de contraer herpes, ETS u otro tipo de infecciones con bacterias y virus.
Por todo ello, algunas personas se han levantado para criticar esta moda en redes sociales, aunque las críticas y la presión que han recibido han sido bastante fuertes. ¿Está justificado que los hombres prefieran el 'mísmisimo' depilado?