Andalucía celebra su día con orgullo y alegría el 28 de febrero, una fecha marcada en el calendario para conmemorar su constitución como comunidad autónoma de pleno derecho en España.
Con una población de 8,5 millones de habitantes, esta región no solo es la más poblada del país, sino también una de las más extensas, abarcando ocho provincias que albergan una rica diversidad de paisajes naturales e históricos.
La elección del 28 de febrero como Día de Andalucía tiene su origen en el referéndum de 1980, en el que la mayoría de sus provincias votaron a favor de obtener autonomía plena y gobierno propio. Este proceso se fundamentó en el artículo 2 de la Constitución Española, que reconoce el derecho a la autonomía de las distintas regiones del país. A pesar de que la consulta no alcanzó el techo legal requerido en la provincia de Almería, ésta acabó formando parte la autonomía andaluza.
En 1981, se aprobó el Estatuto de Autonomía, considerado la norma más importante para los andaluces después de la Constitución. Este estatuto reconoce a Andalucía como una nacionalidad histórica, un estatus reafirmado y ampliado en 2007 con la aprobación de un nuevo Estatuto de Autonomía.
Este documento, que cuenta con un total de 250 artículos, reconoce la realidad nacional de Andalucía tal y como fue descrita en el Manifiesto Andalucista de Córdoba de 1919.
Una oportunidad para celebrar
La identidad andaluza se ha forjado a lo largo de los siglos influenciada por culturas íberas, celtas, fenicias, cartaginesas, romanas y musulmanas, lo que hace de Andalucía un lugar único en el mundo. El Día de Andalucía no solo es una jornada de reflexión sobre la identidad y la historia de la región, sino también una oportunidad para celebrar.
Por todo ello, cada 28 de febrero las calles de toda la comunidad se llenan de banderas blanquiverdes y los andaluces disfrutan de actividades culturales, el tradicional desayuno de pan con aceite de oliva y la interpretación del himno de Andalucía. Este himno, compuesto por José del Castillo Díaz con letra de Blas Infante, se inspira en el canto popular 'Santo Dios' reflejando la esencia del espíritu andaluz.