A tan solo unos días de que acabe 2023, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha comunicado que 2023 será el año más cálido a nivel global desde que existen registros. El científico Ed Hawkins ha diseñado un gráfico que muestra la evolución de la temperatura media del planeta desde 1850 hasta el presente. En él puede observarse cómo la temperatura ha ido aumentando de manera progresiva hasta alcanzar su máximo en 2023, algo que ya era previsible hace semanas.
"Normalmente se suele esperar a cerrar el mes de diciembre para hacer balance de todos los datos, aunque es cierto que con la información que tenemos podemos afirmar que, efectivamente, es altamente probable que se consolide como el año más cálido desde que hay registros", explica a 20minutos Mar Gómez, doctora en Física y jefa de Meteorología en El Tiempo.
Gómez pone de ejemplo las temperaturas mensuales del último registro oficial, el de noviembre de 2023, que fue el más cálido "con una temperatura media del aire en superficie de 14,22ºC, lo que supone 0,85ºC por encima de la media de 1991-2020 para ese mes". Un mes antes hubo una anomalía similar, como en junio, julio, agosto o septiembre. "Con estos datos, no es sorprendente que 2023 vaya a ostentar el primer puesto como año más cálido", declara.
Este año 2023 será el más cálido a escala global desde que hay registros.
Así ha subido la temperatura media de nuestro planeta, año a año, desde mediados del siglo XIX
???? https://t.co/T1QQWtU2zC— AEMET (@AEMET_Esp) December 27, 2023
Por su parte, el último boletín mensual de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, indica que entre enero y noviembre de 2023, ha habido un aumento de 0,13ºC respecto a 2016, que hasta ahora se había posicionado como el año más caluroso.
La directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Samantha Burgess, anticipó que, "con bastante certeza", 2023 sería el año más cálido hasta la fecha, con una temperatura que está 1,43ºC por encima de la era preindustrial.
Además, este año no ha llovido lo suficiente, posicionando al 2023 como el quinto año más seco desde 1961, según datos de la AEMET. En zonas de Catalunya, Andalucía y las Islas Canarias, las precipitaciones no han llegado ni a la mitad de lo que es habitual. La Península Ibérica se encuentra en sequía meteorológica desde diciembre de 2022.
Consecuencias del cambio climático
Los efectos de este aumento de las temperaturas ya se están sufriendo. Esto es así porque los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando. "Las olas de calor son más intensas y severas y se prevé que continúe así e incluso sean más largas, los huracanes serán de mayor categoría y los fenómenos asociados a sequías o inundaciones se acentuarán entre otras muchas cosas. Continuará el retroceso de glaciares y el derretimiento de las regiones polares", explica Mar Gómez.
El calentamiento global se produce por los efectos combinados del cambio climático y del fenómeno de El Niño, que este año se ha sumado a esta situación. Según Gómez, "una serie de olas de calor mortales y temperaturas récord notables han afectado a varios continentes este año, mientras que el calor del océano sin precedentes cubrió gran parte del mundo".
Por estos factores, "la dura realidad del cambio climático" hace que la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sea más urgente que nunca. Advierten que "la acción climática no es un lujo sino una obligación". Gómez señala que es necesario tomar medidas "urgentes" sobre todo a nivel gubernamental: "Hay que eliminar el uso de combustibles fósiles y cambiar nuestro estilo de vida, que pasa por un cambio en la energía (a renovables), en al forma de consumir, en el transporte...".
Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, ya expresaba a finales de noviembre que los países miembros de la ONU están dando "pasos demasiado lentos" en su lucha contra la emergencia climática. Además, el resultado de la COP28, que finalizó la segunda semana de diciembre, ha causado malestar social por no haber incluido de forma explícita el abandono de los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo.
