A todos nos ha pasado. Ir a comer una aceituna y, creyendo que era sin hueso, la hemos masticado con fuerza haciéndonos un daño terrible en los dientes al dar con el maldito hueso. Pese al dolor inicial, al cabo de un rato este desaparece, pero en algunas ocasiones puede ocasionar verdadero daño, como le ha pasado a una mujer de valencia a la que le han tenido que extraer una muela.
La mujer acudió a un restaurante valenciano junto a varios familiares y pidieron un aperitivo acompañado de cacahuetes y aceitunas rellenas, sin hueso. Sin embargo, dio con una que tenía hueso sintiendo un dolor profundo en una muela. Lejos de desaparecer, el dolor se hizo insoportable y al día siguiente tuvo que acudir de Urgencias al odontólogo, que determinó que la muela afectada, previamente sana, estaba partida de arriba abajo.
La única solución era la extracción y la posterior restauración de la muela. Tuvo que someterse así a una pequeña intervención, con todos los dolores y gastos que ello conlleva.
Ante el suceso, la mujer regresó al restaurante a comunicar los daños ocasionados por la aceituna servida y el propietario del local le manifestó que las aceitunas correspondían a una partida de aceitunas sin hueso rellenas adquirida a su proveedor habitual y que desde el restaurante se limitaron a servir el producto fabricado y suministrado por dicha empresa sin manipulación alguna.
Batalla legal
Comenzó así una batalla legal. La Unión de Consumidores, a la que esta asocida la víctima, inició ante la mercantil y la aseguradora la mediación y reclamó por la vía extrajudicial el desembolso económico que le había supuesto el tratamiento y asistencia realizada por una clínica dental.
Debido a la falta de acuerdo extrajudicial, se inició un procedimiento solicitando 1.550 euros correspondiente al tratamiento, asistencia y restauración de la pieza dental dañada, así como 400 euros por daños físicos y morales por el trastorno y perjuicio ocasionado al tener que iniciar un tratamiento dental para extracción y posterior restauración de pieza sana, con el consiguiente tratamiento médico, analgésico y el tiempo invertido para las actuaciones.
La empresa fabricante de las aceitunas y la compañía aseguradora rechazaron la reclamación de la mujer, a pesar de haber acreditado suficientemente los hechos con los infomes y facturas médicas. Finalmente, la mujer y Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana interpusieron la correspondiente demanda judicial que ahora ha sido estimada en todos sus términos.
Así, el Juzgado de Primera Instancia número 12 de València ha condenado a la empresa y a la aseguradora a indemnizar con 1.950 euros a la mujer por el tratamiento dental y los daños físicos y morales ocasiones, así como al pago de intereses legales y costas del procedimiento judicial.