Mientras que muchos ciudadanos se han visto obligados a pasar el confinamiento en pisos de 50 metros cuadrados o estudios (muchos de ellos sin luz natural, siquiera); el señor Baranek y la señora Barankova han vivido otra realidad: han pasado 127 días continuados disfrutando de un hotel de lujo ubicado en plenas islas Maldivas.
La pareja, originaria de la República Checa, llevaba años soñando con conocer este paradisiaco destino con playas cristalinas y arena blanca. Con todo y sin imaginarse la que se avecinaba a nivel mundial, ambos optaron por subirse a un avión el pasado mes de marzo para vivir las que serían las vacaciones de sus vidas.
Cuando se marcharon de la República Checa, el coronavirus apenas ocupaba noticias, ni su país había cerrado las fronteras ni, mucho menos, decretado el confinamiento. De ahí que ninguno pensase en cancelar los viajes.
Los enamorados viajaron sin problema hasta la idílica isla de Falhumaafushi, lugar donde se encuentra el resort de lujo The Residence Maldives, cuyos precios suelen rondar nada menos que 1.000 euros por cada noche.
Pandemia del coronavirus e imposibilidad de abandonar las Maldivas
Cuando ya se habían instalado en el resort y, con el paso de los días, de repente cambió la situación: el rápido avance del coronavirus llevó a decretar el confinamiento en su país, ya que solo se podían llevar a cabo las actividades básicas cuando se salía de casa.
La pareja intentó salir de las Maldivas por todos los medios y en numerosas ocasiones. Pero fue imposible: con las fronteras cerradas, no había forma de regresar a su tierra, al menos, hasta el 15 de julio.
Tras varios intentos, la pareja finalmente se rindió y decidió pasar toda la pandemia en las islas Maldivas. Algo que, igualmente, les beneficiaba en términos sanitarios: el aislamiento geográfico de las islas había hecho que los datos no fueran tan alarmantes como en otros territorios. De hecho, ya ha sido eliminado de la lista de países con alto riesgo.
Récord de estancia en el resort
Con este particular confinamiento, la pareja ha conseguido el honor de terminar como las personas que han batido récord de estancia en el hotel: nada menos que 127 días sin abandonar el complejo.
Ningún otro huésped, en la historia de este resort, ha permanecido tanto tiempo disfrutando del lujo y el descanso de la zona. Con ello y como muestra de honor, los responsables del hotel les entregaron un certificado en el que se reconocía que eran los clientes más duraderos: incluso hicieron una fiesta en la playa.
Una despedida que la pareja no olvidará. Ahora, con el levantamiento de las restricciones y una relativa normalización de la crisis sanitaria, ya han vuelto a sus casas. Sin duda, han pasado el mejor confinamiento que podrían haber elegido.