El 28 de diciembre es un día nefasto para todos. Cualquiera puede ser el objetivo de una broma pesada, pero en el 2011 a alguien se le fue la inocentada de las manos: es el primer día de Ana Botella como alcaldesa de Madrid. Tras la victoria electoral del PP ese mismo año, Rajoy elige al entonces alcalde de la Capital, Alberto Ruiz Gallardón, como el hombre idóneo para hacerse cargo de la cartera de Justicia.
No podemos decir que la jugada le saliese muy bien a Gallardón, pero los madrileños llevamos una buena temporada sufriendo las ocurrencias de Ana Botella y disfrutando los cambios que su presencia al frente del gobierno municipal ha traído a la ciudad.
1 Tiempos de espera en el metro
Ahora mismo parece ciencia-ficción, pero hace un tiempo el Metro de Madrid volaba. Ahora las esperas a los trenes son eternas, la limpieza cuanto menos deficiente y podemos considerar que estamos en nuestro día de suerte si no encontramos una escalera mecánica averiada. El que no hace mucho presumía de ser uno de los mejores suburbanos del mundo, se ha convertido en un mal chiste y la cuenta de Twitter oficial del servicio está más ocupada bloqueando a todos los usuarios que le remiten una queja que informando a los ciudadanos sobre el estado de las líneas.
Sí, sabemos que esto técnicamente no es culpa de nuestra querida alcaldesa, puesto que la gestión de Metro de Madrid depende del gobierno regional y no de la alcaldía, pero vistos los resultados podemos estar seguros de que Ana no ha presionado a su compañero de partido Ignacio González para que arregle los problemas de este servicio público de todos los madrileños.
2 Antes elegiamos al alcalde
Esto puede sonar a coña, pero no lo es. Cuando en las elecciones municipales del 20 de noviembre de 2011 los ciudadanos eligieron a Alberto Ruiz Gallardón con mayoría absoluta para un tercer mandato, no pensaban que al cabo de poco más de un mes este dejaría el puesto en manos de Ana Botella. Sí, vale que los ciudadanos votaron las listas de un partido y que este cambio haya sido legal, pero los resultados habrían sido diferentes de saber que la alcaldesa terminaría siendo una mujer cuyo mayor éxito personal es estar casada con un expresidente de gobierno.
La propia alcaldesa no parece tampoco tener muy claro cuál es su curriculum vitae si tenemos en cuenta que su carta de presentación para los asistentes al foro de Davos fue una hoja en blanco con su nombre, foto y cargo actual.
3 Zonas de Protección Acústica Especial
La llegada de Ana Botella trajo consigo la creación de las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE), una autentica lacra para los hosteleros madrileños. Con la excusa de querer mitigar los niveles de ruido en zonas de Centro, Argüelles, AZCA y Avenida de Brasil, el gobierno municipal aprobó un paquete de medidas draconianas que ahogan al sector del ocio nocturno.
No poder abrir nuevos locales en determinadas zonas, reducción en los horarios de apertura o exigir una distancia mínima entre establecimientos son algunas de los normativas incluidas en la nueva regulación. Poco parece importar que según los datos del consistorio municipal el ocio nocturno esté situado en noveno lugar como causante de ruido en la capital o todos los puestos de trabajo directos e indirectos que dependen de este sector. Una medida populista destina a contentar a los vecinos de algunos barrios (ojo, que estos tienen razones de sobra para quejarse, pero esta no es la solución).
4 Los pisos de protección oficial están en manos de fondos buitre
Las viviendas de protección oficial fueron creadas con dinero público para que ciudadanos con bajos recursos y/o con riesgo de exclusión social pudiesen acceder a una vivienda digna. La enorme deuda que atesora el Ayuntamiento, fruto de los macro-proyectos desarrollados durante los mandatos de Gallardón (que dan para tema aparte), obligaron a que las VPO fueran vendidas a precio de saldo a fondos buitre como Goldman-Sachs.
Ahora estas empresas se dedican a hacer negocio de una obra social, realizada con dinero aportado por todos los madrileños, y miles de ciudadanos se encuentran al borde del desahucio debido a las subidas de los alquileres impuestas por los nuevos propietarios. Esto se veía venir: cuando te llaman fondo buitre no vas a estar dispuesto a mantener las condiciones a los inquilinos de tus edificios, por muy pobres que estos puedan ser.
5 Nuevas marquesinas de autobuses
Recientemente los madrileños hemos visto como cambiaba el paisaje urbano para introducir un nuevo elemento a la orografía de la capital: las marquesinas de autobuses. No, no es que Madrid no tuviese unas paradas correctamente señalizadas pero, por alguna razón, se decidieron cambiar todas por unas nuevecitas.
Entre las novedades que incluyen están unas barras de metal que impiden que alguien se pueda tumbar, no vaya ser que a algún mendigo se le ocurra dormir por las noches en una parada del bus resguardado de la lluvia. El resto de cambios son para peor, como la desaparición del reloj, el termómetro y el sistema que avisaba sobre el tiempo de espera al siguiente bus que había situado en muchas de las paradas.
6 Fomento de la bicicleta como medio de transporte
Visto que el servicio de buses y metro no va a mejor, la consejería de transporte madrileña decidió crear un sistema municipal de alquiler de bicicletas. Mediante una suscripción los ciudadanos pueden coger una bici en cualquiera de las estaciones habilitadas, tras pasar por uno de los tótems de Bicimad la tarjeta correspondiente.
Retrasos de semanas en la introducción del servicio, problemas al darse de alta, quejas de todos aquellos que pagaron la suscripción y no podían hacer uso del servicio por deficiencias de las tarjetas. Las desventuras de Bicimad llegan a unos niveles de trospicidad inauditos si tenemos en cuenta que consiguieron hackear los tótems e introducir un vídeo de contenido sexual que se reproducía en bucle.
7 Moverse en coche se complica
Vale, si el resto de medios de transporte no funcionan siempre nos queda el coche. ERROR. Las tarifas por estacionar en el centro de la ciudad se han ido incrementando en los últimos años, el abanico de horas en las que se debe pagar por aparcar ha aumentado y la introducción de las estaciones de Bicimad ha reducido el número de plazas de aparcamiento en muchos barrios.
Si ya era complicado encontrar un hueco para residentes libre en Madrid, la cosa se dificulta todavía más al haber eliminado sitios de zona verde con las estaciones de bicicletas.
8 Peor servicio de basuras
Gallardón recuperó en 2009 una vía de ingresos que el Ayuntamiento de Madrid llevaba años sin utilizar: la tasa de basuras. Cualquiera supondría que el pago por un servicio que has ofrecido sin carga adicional a los ciudadanos durante años comportaría una mejora del mismo. Nada más lejos de la realidad.
Botella decidió en 2012 reducir a 3 días por semana la recogida del cubo amarillo, donde se tiran los envases y otros residuos inorgánicos. Aumentar ingresos y reducir gastos, una buena forma de exprimir a los ciudadanos e intentar tapar el agujero de 6.923 millones de euros de deuda que tiene actualmente el consistorio municipal.
9 Estamos acostumbrados a las huelgas de limpieza
Pese a estar pagando más por los servicios de limpieza de nuestra ciudad, los barrenderos y jardineros están cobrando mucho menos. Esto llevó a que en 2013 los madrileños viviésemos una huelga de limpieza demencial, que dejó la ciudad en un estado lamentable y con un olor nauseabundo. Y eso sin entrar a hablar de la cantidad de ratas y cucarachas que se daban un festín entre las bolsas de basura que se apelotonaban frente a los edificios.
Las condiciones ofrecidas en su momento por el ayuntamiento a las subcontratas encargadas de la limpieza de la ciudad cambiaron tanto, que estas no tuvieron más remedio que proponer un plan que incluía el despido de 1.134 trabajadores y proponer un nuevo convenio colectivo. Este incluía el aumentar las jornadas laborales y una reducción del sueldo del 43%.
Ana Botella decidió 9 días después del inicio de la huelga, encargar los servicios de limpieza a la empresa pública Tragsa, dinamitando así las aspiraciones de los trabajadores. Finalmente se llegó a un acuerdo que incluyó rebaja salarial, aumento de la jornada y sustituyó los despidos con bajas voluntarias y excedencias.
10 Los medidores de contaminación cambian de sitio
La contaminación es un problema de primer orden en Madrid. Ana Botella cambió en 2009, siendo concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, el lugar donde estaban situados los medidores de contaminación atmosférica. Estos pasaron de estar en una zona del centro del Madrid a un área arbolada de las afueras. Con la caradura de la que hace gala de cuando en cuando, Ana aseguró que "hay que ser felices y optimistas" y que la polución "no es un problema" en Madrid.
Pese al maquillaje de los datos que ofrece la localización de los nuevos medidores, Madrid está de record. Ecologistas en Acción denunció que a 4 de enero de 2015 la capital había conseguido superar el límite horario de dióxido de nitrógeno para todo el año que marca la ley. En menos de 4 días Madrid había contaminado por encima de los valores marcados para todo el año.
11 Sabemos que el Madrid Arena no era seguro
En la noche de Halloween de 2012, durante un concierto de Steve Aoki, 5 chicas perecieron en el Madrid Arena. Para quien no lo conozca este es un recinto multiusos propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que lo alquiló gustosamente a empresarios sin comprobar si se respetaban las garantías de seguridad necesarias para un evento de estas características y sin respetar el aforo máximo.
En una jugada que se pondrá como ejemplo de mala gestión de crisis durante las próximas décadas, Ana Botella decidió ir a relajarse a un spa en Portugal pocas horas después de que sucediera el incidente. Al ver que los ánimos estaban algo caldeados, decidió volver a Madrid por un día, dar una rueda de prensa y volver a la comodidad del spa portugués. Según dijo el Ayuntamiento en un comunicado, esta conducta está justificada, puesto que el "viaje privado" estaba "programado desde hace tiempo".
12 Madrid sigue sin tener unas Olimpiadas
Espera, ¿esto no era un texto sobre cambios en la ciudad? Que a Madrid no le den las Olimpiadas es algo parecido ya a una tradición, puesto que fallamos con nuestras candidaturas para 2012, 2016 y 2020. Es cierto, pero no podía dejar pasar la oportunidad de escribir sobre Ana Botella e insertar el vídeo de "Relaxing cup of café con leche".
No olvidemos que estas esperpénticas palabras surgieron de la boca de la alcaldesa mientras intentaba convencer a los miembros del Comité Olímpico Internacional de que Madrid era la ciudad perfecta para celebrar los Juegos.