Después de la ruptura de Angelina Jolie y Brad Pitt y de la tensión entre David Bisbal y Chenoa en 'OT: El reencuentro' muchos son los que definitivamente han dejado de creer el amor. Cupido algunas veces se equivoca y otras directamente lanza flechas envenenadas en forma de infidelidad. Llevar la cornamenta del padre de Bambi no es plato de gusto para nadie y, aunque en algunas ocasiones se perdona el engaño, en otras la ruptura puede convertirse en un drama de dimensiones épicas.
¿Engañar o ser engañando? Esa es la cuestión, pero no la que vamos a desentrañar aquí, eso allá cada uno. Allá la profesión de cada uno, mejor dicho. La vida profesional es una parte fundamental de nuestra existencia y sí, también afecta a nuestra visión del amor, de la infidelidad e influye en nuestra facilidad de engañar a nuestra pareja. ¿Qué trabajadores son los más infieles?
1 Finanzas
Dicen que el dinero no da la felicidad, por lo que se ve que los que se dedican a las finanzas han de recurrir a las artes amatorias para compensar. Brokers o banqueros se colocan en la cabeza de la lista. Sus trucos para invertir en bolsa también llegan al terreno sexual y sentimental con tal de tener algún que otro escarceo picantón.
2 Aviación
Pilotos y azafatas son un absoluto mito sexual. Las alturas elevan la presión y parece ser que a la par que se les taponan las oídos a los profesionales aéreos, también se les desata el deseo. El viajar a tantos destinos incentiva la infidelidad y es que esta se considera menor si se cambia de uso horario (e incluso de código postal para algunos).
3 Sanidad
Desde que 'Anatomía de Grey' apareció en nuestras vidas, todos deseamos acudir al hospital por si nos encontramos con un Doctor Sephard que nos conquiste con su pelo o con un Sloan que nos ausculte a fondo. No solo médicos, los enfermeros también se llevan el bronce. El único enfermo de los hospiales es el amor verdadero.
4 Negocios
Ya fuera del podio pero no por ello menos importante encontramos a los que se dedican a los negocios. A CEOs, managers o secretarias no les cuesta demasiado ser infieles. El cine y la televisión también han cultivado este mito, ¿quién no ha escuchado el típico caso de la secretaria que se acuesta con su jefe pese a este estar casado?
5 Deportes
No hay mejor deporte que el sexo, y los que se dedican a este sector lo saben bien. Atletas, entrenadores y todo tipo de deportistas se esfuerzan por conseguir la mejor condición física, aunque para ello tengan que recurrir a los cuernos. Cualquier día de estos la infidelidad se convierte en deporte olímpico.
6 Artes
Cuando Concha Velasco dijo aquello de "Ay, mamá, quiero ser artista" seguro que no lo hizo pensando en esto. Músicos, modelos, actores o fotógrafos se sitúan en el sexto puesto de las profesiones más proclives a la infidelidad. La farándula es lo que tiene, que te lleva a pecar.
7 Industria de la noche
Muchos se sorprenderán de verlo en el séptimo puesto y no en el primero. Pese a que a camareros de discoteca, bailarines o DJs no les cuesta demasiado echar una canita al aire, no superan a médicos o futbolistas. El alcohol, la música y la oscuridad de la noche se convierten en el sitio ideal para engañar a la pareja. Ya lo dijo Dinio: "La noche me confunde"
8 Legal
Pese a trabajar en el mundo legal, jueces y abogados no lo son tanto en lo que se refiere al terreno de la infidelidad. Sin la venia de su pareja, los profesionales de las leyes no dudan en incumplir el contrato matrimonial si con eso pueden darse una alegría. Ally McBeal no da crédito.
9 Comunicación
El penúltimo puesto y aun en zona de peligro es para todos aquellos profesionales de la comunicación: periodistas, relaciones públicas... Se les da tan bien comunicarse que también lo aprovechan en sus relaciones personales, incluidas las clandestinas. Su labia nunca viene mal para ocultar un engaño.
10 Otros sectores
"Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra", dijo Jesucristo. Por eso nadie se libra de ser infiel. A pesar de que las nueve anteriores son las más propensas, un profesor o un químico también puede dejarse llevar por la pasión y serle infiel a su pareja. Lo de los remordimientos ya es otro cantar.