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Las 10 muertes más absurdas de 'Mil maneras de morir'

Atragantarse con un tanga comestible o morir electrocutada por culpa de un sujetador metálico son algunas de las muertes más ridículas.

Las leyendas urbanas abundan en la sociedad, sobre todo aquellas que tienen que ver con la muerte. Sin embargo, ¿son simples habladurías o son historias que sucedieron en la realidad? A modo de documental de ficción, en el programa 'Mil maneras de morir' recrean muertes de lo más inusuales, todas ellas, supuestamente, basadas en hechos reales. Algunas historias son tan increíbles que cuesta crear que sucedieran de verdad.

1 El tanga mortal

Sorprender a tu pareja con una cena romántica suele ser una gran idea, sobre todo si la velada finaliza con una noche de pasión y disfrute para ambos. Sin embargo, los planes no siempre salen tal y como nos gustaría o como habíamos planificado. Esto fue lo que le sucedió a una mujer que quiso sorprender a su chica con una cena suculenta, pero como la comida acabó chamuscada, decidió pasar directamente al postre.

La ropa interior comestible se convirtió en el ansiado postre, tanto fue así que la lujuria con la que ambas mujeres empezaron terminó ocasionándole la muerte a una de ellas. El entusiasmo con la que una de las chicas engulló los caramelos que formaban el tanga de su pareja provocó que se atragantara y muriese asfixiada.

2 Una broma mortal

Grabar vídeos para subirlos a Youtube y ganar dinero es ya una de las prácticas más extendidas a nivel mundial. En esta plataforma podemos encontrar millones de vídeos, desde videoclips, reportajes profesionales o vídeos caseros como las típicas bromas pesadas. Este último tipo de producto audiovisual suele caracterizarse por la absurdez de las imágenes que ofrece, pero que obtienen miles de reproducciones por la risa que provocan. Sin embargo, no todo siempre es comedia. Una pareja de amigas llevó las bromas a tal extremo, que una de ellas murió cuando salió disparada.

¿El motivo? Estaba intentando engañar a su amiga para que se sentara en un sillón de masajes en el que en realidad había colocado un airbag. Al ejercer presión sobre él, la chica salió disparada, con tan mala suerte que se precipitó desde más de dos metros de altura, muriendo en el acto.

3 El salto mortal

Ganarte la vida realizando aquello que más te gusta es el sueño de toda persona, pero, desafortunadamente, solo algunos consiguen ese privilegio. La industria musical suele ser el ámbito más complicado para ganarse un hueco y triunfar, pero cuando logras llegar a lo más alto, el éxito y la fama están asegurados.

Sin embargo, mantenerse en la cumbre no es una tarea sencilla y algunos cantantes o grupos caen en el olvido, convirtiéndose en juguetes rotos. El cantante de un grupo que en su tiempo gozó de mucho éxito perdió la cabeza en una actuación durante un bar en el que solo había unos pocos asistentes, creyendo ver a miles de seguidores y lanzándose desde el escenario para que estos le sujetaran. Como no había público suficiente, el cantante cayó al suelo y murió en el acto.

4 La tienda mortal

Una primera cita con la persona que te gusta siempre quedará en el recuerdo, para bien o para mal. Normalmente, los nervios se suelen apoderar de nosotros, pero las ganas de disfrutar, pasarlo bien y conocer a la otra persona un poco mejornos ayudan a dejarnos llevar y relajarnos. Pero el mundo está lleno de sorpresas y algunas bastante desagradables.

Para ejemplo, tenemos a una pareja que decidió acudir al campo para pasar su primera noche juntos, una velada que iba a terminar un encuentro pasional en la tienda de campaña. Pero todo lo que pudo salir mal sucedió y la joven murió después de que la tienda de campaña saliera volando por culpa de un fuerte vendaval con ella dentro. El chico se quedó estupefacto al ver cómo su cita fallecía de forma repentina bajo su atenta mirada y sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

5 El sujetador mortal

Elegir el atuendo indicado para salir de fiesta suele ser una ardua tarea para algunas personas. Aquellas que no se conforman con lo primero que cojan del armario, sino que estudian al milímetro qué ropa, qué calzado y qué complementos son los que van a llevar al evento. En una de esas ocasiones, una mujer decidió escoger un sujetador de metal para aumentar el tamaño de sus pechos, darles una forma mejor y aportar firmeza, sin saber que esa simple elección le iba a conducir directa a la muerte.

En concreto, su final llegó cuando un rayo le alcanzó por culpa del metal con el que estaba fabricado el sujetador, justo cuando la fiesta estaba en el mejor momento y una tormenta había animado el ambiente.

6 Un juego mortal

El trabajo y la diversión pueden ir unidos, sobre todo si eres el hijo del dueño de la empresa en la que trabajas y puedes hacer lo que quieras sin que te despidan. Esto fue lo que le ocurrió a un joven que dedicaba su jornada laboral a jugar, aprovechando su condición de hijo del jefe.

En uno de esos juegos, decidió que utilizar una polea para subir hasta lo más alto de la construcción era una genial idea, pero todo salió mal y perdió la vida. El contrapeso no estaba diseñado para aguantar la masa corporal del hombre, por lo que la cuerda terminó rompiéndose justo cuando le quedaba muy poco para llegar a lo más alto del edificio. La caída le provocó numerosas fracturas, pero la hemorragia cerebral producida por el fuerte impacto fue la culpable de su muerte.

7 El martillazo mortal

Ser un mirón y observar a chicas mientras realizan deporte o simplemente disfrutan de su vida es una de las actividades más bochornosas y asquerosas que podemos encontrarnos en nuestro día a día. Actuar de este modo suele no tener consecuencias porque saben esconderse para no ser detectados por sus víctimas.

Sin embargo, un conserje de un instituto que se dedicaba a espiar a las alumnas en el terreno de entreno, no volvió nunca más a ser un mirón porque falleció mientras las observaba. En concreto, su muerte se produjo cuando fue alcanzado por un martillo de las atletas que estaban entrenando el lanzamiento de martillo. De forma totalmente fortuita, el hombre pagó caro las consecuencias de ser un pervertido.

8 Una aventura mortal

Algunos espectadores no saben diferenciar entre lo que ven en televisión y la realidad. Cuando nos sentamos delante de la pantalla a disfrutar con programas y series, no debemos olvidar de que se trata de ficción, por lo que no es conveniente imitar las actitudes y actividades que vemos en la caja tonta.

Pero parece que no todos tienen claro estos conceptos. Un hombre americano decidió seguir los pasos del presentador de un programa de aventuras que mostraba cómo era capaz de sobrevivir en medio del bosque alimentándose con lo que encontraba en la naturaleza. El seguidor del formato se lanzó a la aventura y procedió del mismo modo, cometiendo el grave error de ingerir todo tipo de plantas a su alcance, sin darse cuenta de que algunas eran venenosas y le iban a provocar la muerte.

9 El chicle mortal

Por todos es sabido que consumir drogas tiene consecuencias nefastas para nuestro organismo, pudiendo provocar hasta la muerte. Un joven, adicto a este tipo de sustancias estupefacientes, además de consumirlas se dedicaba también a fabricarlas, pero realizando sus labores en unas circunstancias poco adecuadas y que le provocaban alucinaciones constantes.

Su única fuente de alimentación era un chicle que masticaba durante días. Para mantener el chicle fresco a lo largo del tiempo, el joven lo mojaba en ácido cítrico. Pero, en una de esas ocasiones, por error, metió el chicle en una sustancia explosiva que estaba utilizando para fabricar la droga, consiguiendo que el fósforo rojo provocará una explosión que le dejó sin mandíbula y que también le ocasionó una hemorragia cerebral que puso punto final a su vida.

10 Necesidades mortales

Un instructor de esquí decidió que mantener relaciones sexuales con sus estudiantes era una gran oportunidad para satisfacer sus deseos. En uno de esos encuentros con una de las chicas, decidió complacerla encendiendo la manta eléctrica a la máxima potencia para que no notara las sábanas frías y se sintiera más cómoda.

Todo iba a la perfección y la pareja disfrutaba de una gran noche de pasión y desenfreno, hasta que a ella le entraron ganas de ir al servicio y a él se le ocurrió la genial idea de pedirle a la chica que le orinara encima, sin recordar que tenían una manta eléctrica enchufada. Efectivamente, al entrar en contacto con la manta, la orina actuó como agente conductor de la electricidad y provocó que ambos muriesen electrocutados.

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