Buscar
Usuario

Televisión

Los 10 casos más extremos de 'Mi Extraña Adicción'

Desde comer cenizas humanas a beber esmalte de uñas, algunas personas han desarrollado adicciones de lo más raras.

Cada ser humano se caracteriza por tener sus propios gustos. Algunos se dedican a coleccionar objetos, otros pasan horas y horas enganchados a sus series favoritas y otras personas prefieren gastar su tiempo haciendo manualidades o cocinando. Sin embargo, a veces, este tipo de aficiones superan los límites de lo racional y terminan convirtiéndose en auténticas adicciones.

Llegar a extremos radicales nunca suele ser bueno puesto que pueden terminar convirtiéndose en obsesiones y eso, al final, puede ser perjudicial para la salud. En el mundo existen algunas adicciones que por lo extrañas que resultan cualquiera diría que no son reales

La mente tiene mucho poder y en muchas ocasiones no somos conscientes de ello. Si por algún casual dudabas de ello o pensabas que eras raro... mejor que veas nuestro top 10 del programa más mítico: 'Mi Extraña Adicción':

1 Comer cenizas humanas

Si ingerir vidrio ya resulta extraño y peligroso para nuestro cuerpo, todavía hay cosas mucho más raras, como comer cenizas humanas. Esta práctica tan poco corriente la lleva a cabo Casie, una mujer que probó las cenizas de su difunto marido y, desde ese momento, desarrolló una adicción por comer cenizas humanas. Por el momento, la mujer ha consumido ya alrededor de medio kilo de cenizas, una cantidad considerable si tenemos en cuenta que se trata de una sustancia nociva. Evidentemente, esta práctica resulta igualmente perjudicial para salud, algo que Casie conoce, pero que no ha servido para poner freno a su peculiar dieta.

2 Fánatica de secadores

Una mujer lleva 25 años idolatrando a su secador
"Una mujer lleva 25 años idolatrando a su secador"

Siempre se ha dicho que, para gustos, los colores. Y  eso fue lo que debió pensar Lori, una mujer que adora a su secador. Sí, resulta muy extraño, pero igual que hay gente que siente pasión por su ordenador o su teléfono móvil, también hay una persona que quiere a su secador de pelo como si fuera el objeto más valioso de su vida.

Esta extraña adicción de Lori perdura desde hace 25 años, tiempo que ha dedicado a idolatrar al aparato, tratándolo como si fuera un miembro más de su familia en su día a día. Pero esta adicción también tiene sus consecuencias negativas porque el constante contacto directo con el aire caliente que emite el secador ha provocado que la mujer sufra quemaduras y ampollas en su piel.

3 Ingesta de vidrio

Hoy en día existen todo tipo de dietas, desde las que te ayudan a adelgazar hasta aquellas que contribuyen a que aumentes tu masa corporal y puedas tonificar tu cuerpo o que permiten mejorar tu salud incluyendo alimentos naturales y verduras.

Lo que muchos no esperábamos, era que también existiera una dieta a base de vidrios. John es uno hombre que sufre de Hyalophagia, es decir, adicción a ingerir todo tipo de vidrios, desde platos, vasos o copas de cristal, hasta bombillas o focos. Evidentemente, se trata de una adicción muy peligrosa para nuestro organismo, que no está preparado para digerir este tipo de sustancias.

4 Devoción loca por tomar el sol

Cuando llega el verano, muchos aprovechan para broncear sus cuerpos en playas y piscinas, pero existen algunas personas que aprovechan cualquier rayo de sol los 365 días del año debido a su obsesión por mantener unos cuerpos bronceados, una adicción que se conoce como Tanorexia.

Como muchos sabemos, el Sol nos aporta una serie de vitaminas imprescindibles para nuestra salud. Pero una exposición prolongada puede tener consecuencias muy peligrosas, pudiendo incluso provocar cáncer de sol. Por este motivo, es muy importante tomar precauciones, empleando protectores solares y evitando exponernos a las horas del día donde las radiaciones solares son más peligrosas.

5 Amor por las muñecas

El coleccionismo de muñecos o figuras suele ser algo de lo más habitual, sobre todo por parte de aquellas personas aficionadas a las series, cine o el manga, donde existen infinidad de material de merchandasing. Lo que no resulta tan normal es que un hombre sienta tal predilección por las muñecas que haya decidido tratar uno de estos objetos como si de una persona de carne y hueso se tratase.

Mediante esta adicción, el señor en cuestión solo buscar satisfacer su necesidad de compartir su vida con una mujer, algo que no puede realizar por su incapacidad de socializar y lo que le ha llevado a idealizar a la mujer perfecta mediante una simple muñeca.

6 Afición por asistir a funerales

Asistir a funerales de desconocidos es una nueva afición
"Asistir a funerales de desconocidos es una nueva afición"

Como podemos comprobar, en el mundo existen todo tipo de hobbies, pero uno de los más extraños es el practicado por Luis Squarisi, un brasileño que ha decidido que acudir a funerales podría convertirse en su afición. En concreto, cada mañana después de desayunar y realizar su rutina, Luis escucha atento el parte radiofónico para averiguar quién falleció en su pueblo y asistir a su funeral.

En el caso de que los medios de comunicación no le ofrezcan noticia alguna sobre defunciones, el hombre se toma las molestias de llamar a hospitales y empresas funerarias hasta obtener la información de alguna muerte, presentándose así al velatorio aunque no conozca al susodicho difunto.

7 Comer papel higiénico

Si pensabas que el vidrio o las cenizas humanas iban a ser las sustancias más extrañas que una persona puede ingerir, te equivocabas. La joven Micaela ha desarrollado una adicción que va más allá y que consiste en comer papel higiénico de manera compulsiva. La adolescente empezó su adicción con tan solo seis años, algo que no ha podido controlar y que continúa realizando de forma diaria. Además, ha llegado a confesar que prefiere comer papel antes que cualquier otro alimento más sabroso y saludable, e incluso es capaz de comerse un rollo de papel entero en casi tres horas, tiempo y cantidad suficiente para saciar su apetito.

8 Beber esmalte de uñas

Parece ser que el ser humano es capaz de alimentarse a base de cualquier sustancia, o eso es lo que debe pensar Bertha, una mujer estadounidense que en su día decidió que beber esmalte de uñas podría ser una alternativa a cualquier otra bebida. Su adicción comenzó cuando Bertha se sintió atraída por el olor que emiten este tipo de productos cosméticos, decidiendo que probar uno de ellos podría ser una gran idea. A partir de ese instante comenzó su afición por beber esmaltes, llegando a ingerir hasta cinco botes al día. Sin embargo, debido a los compuestos con los que se elaboran los esmaltes, esta extraña adicción podría costarle la vida.

9 Ser un bebé de por vida

Cuando llegamos a la edad adulta nos damos cuenta de que hacerse mayor no es tan bonito como pensábamos cuando éramos unos niños. De hecho, quizá más de uno haya pensado en alguna ocasión que ojalá pudiera retroceder en el tiempo para poder disfrutar de un instante sin obligaciones ni preocupaciones. Riley es una joven que ha decidido que eso de crecer no van con ella y ha desarrollado una adicción a comportarse como un bebé. Riley usa pañales, ropa de bebé y chupete, duerme en una cuna e incluso su dormitorio está decorado como un cuarto de niño. La joven vive felizmente llevando esta vida, aunque tiene cierta preocupación por su futuro.

10 Beber orina

Después de descubrir que hay personas que comen vidrio, cenizas o beben esmaltes, quizá beber orina sea lo menos extraño o, por lo menos, perjudicial para la salud. Sea como fuere, Carrie es una mujer que ha desarrollado esa rara adicción a beber su propio pipí. De hecho, algunos justifican que su consumo puede ser saludable, aunque esto no haya sido probado científicamente. No obstante, para muchos resulta una actitud bastante repugnante, puesto que a casi nadie se le ocurriría beberse su propia orina, al no ser que necesitaras hidratarte urgentemente porque llevas días sin probar ningún tipo de líquido.

Artículos recomendados

Contenidos que te pueden interesar