Un estudio revela que más de un tercio de los alimentos etiquetados como veganos contienen productos de origen animal, lo que ha llevado a los expertos a advertir a los compradores con alergias graves que pueden sufrir "consecuencias trágicas". Las autoridades sanitarias hallaron restos de huevo o leche en una serie de productos etiquetados como veganos o de origen vegetal, por lo que los responsables de las normas comerciales pidieron protección jurídica para evitar que los consumidores sean "explotados por empresas alimentarias poco éticas".
Los inspectores de los Servicios Científicos de Hampshire y Kent descubrieron que 24 de los 61 (39%) productos etiquetados como veganos contenían huevo o productos lácteos, entre ellos 13 alternativas lácteas y 48 alternativas cárnicas. En total, el 90% de los productos eran insatisfactorios, es decir, suspendidos por contener trazas de lácteos o inexactitudes en el etiquetado y la información nutricional.
John Herriman, director ejecutivo del Chartered Trading Standards Institute (CTSI), afirmó: "La falta de definición jurídica podría ser aprovechada por empresas alimentarias poco éticas que afirman que los alimentos son veganos, cuando en realidad contienen productos de origen animal".
"Lo más preocupante es que esta ambigüedad puede tener consecuencias desastrosas y a veces trágicas para las personas alérgicas a productos de origen animal, como la leche y los huevos. Somos conscientes de que desgraciadamente ha habido personas que han perdido la vida por este motivo, por lo que pedimos más claridad sobre lo que legalmente puede y no puede describirse como comida vegana y basada en plantas.", aclaró Herriman.
La popularidad del veganismo
Encuestas recientes han descubierto la creencia generalizada de que algo comercializado como vegano está libre de ingredientes de origen animal. El CTSI encuestó a 2.000 personas y descubrió que el 76% lo creía así. Pero actualmente no existe una definición legal de alimento vegano, lo que permite a las empresas comercializar sus productos como tales aunque contengan lácteos o huevos. Además, ni en el Reino Unido ni en la UE se exige un umbral para los productos de origen animal, a diferencia de lo que ocurre con las trazas de gluten.
Alrededor del 1,5% de la población es vegana y una de cada seis personas padece alergia a la leche o el marisco. La encuesta del CTSI muestra que entre los encuestados con alergia a la leche, el 84,6% cree que los alimentos veganos son seguros para ellos. Esta creencia fue la más alta (92,7%) entre las personas de 35 a 44 años.
Kerry Nicol, responsable de políticas y campañas de la CTSI, afirmó que la popularidad de las dietas vegetarianas y veganas se ha disparado. También se ha observado un "aumento de las quejas y los incidentes en los que los consumidores se sienten engañados".
Etiquetado engañoso y poco conocimiento
La mayoría de los productos examinados por los científicos estaban etiquetados como veganos, aunque algunos se describían como de origen vegetal. Esta tendencia no elimina necesariamente los productos de origen animal de la dieta, sino que se centra en el consumo de frutas, verduras y frutos secos. La mitad de las personas encuestadas por el CTSI pensaban que "plant-based" y "vegano" significaban lo mismo, lo que expone a las personas alérgicas a ser engañadas haciéndoles creer que están a salvo.
"El etiquetado engañoso puede causar estrés emocional a quienes deciden evitar los productos animales por razones éticas, además de suponer una amenaza para quienes padecen intolerancias y alergias", comenta Maisie Stedman, de la Vegan Society.
De las 55 muestras insatisfactorias, 27 (49%) estaban relacionadas con anomalías en el etiquetado, como el tamaño de las porciones y la información sobre alérgenos, sin advertencias. De las muestras restantes, se detectaron 39 inexactitudes nutricionales, lo que suponía una media de al menos una por muestra. La mayor de ellas se refería a los hidratos de carbono, que se consideraron inexactos en 14 casos.
Las normas de etiquetado de los alimentos contienen una lista de 14 sustancias o productos que pueden causar alergias o intolerancias alimentarias. Cuando alguna de ellas se utiliza como ingrediente en alimentos preenvasados o envasados en el propio establecimiento para su venta, como un bocadillo de panadería.