Monarquía o República. Esta es la propuesta de referéndum que están comenzando a exigir los partidos que mantienen a Pedro Sánchez en La Moncloa. Los más activos son ERC, PDeCAT y, sobre todo, Podemos, que resulta fundamental con sus 71 escaños.
Las presiones aumentan y no gustan a Pedro Sánchez. De hecho, su entorno ya no niega lo que está sucediendo: "Ahora mismo hay cien diputados republicanos en el Congreso haciendo republicanismo", reconoce un alto cargo socialista en declaraciones a Voz Pópuli.
Los sectores más conservadores del PSOE, representados en Susana Díaz, consideran que el presidente se está poniendo "demasiado de perfil" para evitar cualquier falta de estabilidad con la que agotar la legislatura.
De hecho, dentro de los disidentes de Ferraz, chirría el gesto de Sánchez firmando los presupuestos con Iglesias, tres días después de que el Parlament firmase una moción contra el monarca por su papel en el 1-O y a propuesta de En Comú Podem.
Esto, sin embargo, preocupa a Sánchez. El mensaje de unidad está reforzando el papel del denominado como 'bloque monárquico' en PP y Ciudadanos. Y, si se vincula al PSOE en el bando contrario, los socialistas creen que cederían todo el protagonismo a Podemos, sangría de votos mediante.
Por tanto, el problema se visualiza con el temor a que el debate sobre la jefatura del Estado se coloque en el centro del tablero político. Y, dentro del PSOE, algunos destacan que el partido apoyó la vuelta de la monarquía y que el actual cambio de postura tendría un problema frente a Podemos y ERC: "El suyo suena original, pero el nuestro ya no".
"Si imponen ese debate, estamos muertos"
La frágil posición parlamentaria del PSOE, que gobierna con 85 escaños, dificulta sus opciones a la hora de imponerse con fuerza. Algo que temen dentro del PSOE, sobre todo de cara a su futuro: "Que no se engañe la Ejecutiva. Si Iglesias, Colau, Junqueras y Puigdemont logran imponer ese debate, estamos muertos", relata un miembro del partido.
Por ello, piden que Sánchez mantenga una posición firme y que no se limite a la judicialización con actuaciones como el recurso ante el Tribunal Constitucional por la reprobación del Rey en el Parlament.
Piden contundencia, gestos e, incluso, cortar el diálogo en el caso de que sea necesario. Pero, ante todo, piden que no se celebre una consulta que podría terminar con la monarquía en España.