Joan Cardona ha ingresado en el Centro Penitenciaro Lledoners de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona) para cumplir tres años de prisión por un supuesto delito de agresión sexual contra una mujer. El escándalo ha llegado porque el joven, como pudo demostrar, es homosexual y jamás había mantenido ninguna relación con una mujer.
La entrada en prisión se produjo durante la tarde del martes 18 de abril. Cardona, acompañado de su familia, estuvo visiblemente afectado por los momentos difíciles que está pasando a la hora de llevar una situación de estas características.
El joven, de 28 años, entra en la cárcel después de que las autoridades le denegasen todas las opciones para eludir la condena. Cardona ha defendido su inocencia en todo momento y contó con el apoyo de su ex novio en todo momento, con el que además mantenía una relación de pareja en el momento en el que, supuestamente, sucedieron todos los hechos.
La historia se remite a noviembre de 2012. Por aquel entonces, una joven sufrió una agresión sexual en el portal de su casa, a manos de un hombre que conducía una moto y que forcejeó para realizarle tocamientos tanto en le pecho como en la zona genital, por encima de la ropa.
Sin embargo, el hecho de que Cardona fuera homosexual y que las pruebas del delito no contasen con la suficiente contundencia, hicieron que su condena fuera, cuanto menos, polémica.
La entrada en la cárcel se produce un mes y medio después de que el juez confirmase la pena, a pesar de que había ordenado que este hecho se produjese "entre cinco y diez días" después de la sentencia.
Cardona ha publicado un mensaje de despedida en redes sociales que ha provocado una fuerte reacción de apoyo en redes sociales:
"Es una injusticia. Un fuerte abrazo, Juan. Te acompañaremos. Estamos contigo" o "mientras Urdangarín sigue en libertad, un joven entra en prisión sin pruebas sólidas", han sido algunos de los mensajes de apoyo que los usuarios han querido lanzar en la red social Twitter.
Mientras tanto, Cardona permanecerá en prisión, aunque si posteriormente se confirmase que su caso no es verídico, no sería el primer condenado a un delito de este tipo que después consigue demostrar su inocencia. Romano van der Dussen, por ejemplo, permaneció durante 12 años en prisión acusado de violar a una joven. Sin embargo, las pruebas de ADN concluyeron después que él no había sido culpable y las autoridades tuvieron que liberarle y retirar todos los cargos. ¿Funciona la Justicia en España?