Francia está harta. El descontento por las medidas liberales llevadas a cabo por los socialistas de Hollande ha acabado hartando más que las reformas de gobiernos propiamente de derechas, como pasara con Tony Blair. También ocurrió con nuestro Zapatero. No olvidemos que el 15-M estalló en contra del gobierno del PSOE.
El Frente Nacional de ultraderecha estaba canalizando dicho descontento, la Nuit Debout socialiberal hace poco se lanzó a la calle y ahora es algo que trasciende a ambas: una huelga indefinida que ha paralizado los sectores estratégicos del país galo. Por supuesto, en España se informó de las dos primeras vías de canalización política, pero no de esta última, no vaya a ser que alguien deje de demonizar el sindicalismo de verdad en nuestro país.
1 Paralización de un país
Nuestro país vecino está logrando enfrentar la reforma laboral mientras aquí se nos acumulan en el cajón de cosas para derogar. La huelga indefinida se extiende desde las protestas iniciadas masivamente en abril hasta junio y julio, Eurocopa mediante, abarcando distintos sectores productivos. Los controladores aéreos han bloqueado parte del espacio aéreo y varios aeropuertos, así como los pilotos de la privatizada Air France -que harán huelga durante la misma Eurocopa y ya paran el 20% de los vuelos-. Todo esto produce el bloqueo del transporte junto a la acción de los empleados de ferrocarriles de SNCF, que están muy movilizados en las protestas (mientras aquí están privatizando a precio de saldo AENA, RENFE y ADIF, y nos da igual). También tienen lugar cortes de carreteras y literales desmantelamientos de vías ferroviarias. Son de los sectores más fuertes en los paros junto a las refinerías de petróleo y los empleados de depósitos de carburante, que bloquean la entrada y han logrado dejar regiones enteras de Francia sin gasolineras activas (obligando al Gobierno a buscar en las reservas del país).
Se unieron a principios de este mes los sectores de estibadores y personal portuario, dejando sin astilleros y embarcaderos operativos gran parte de la costa. Los trabajadores de limpieza urbanos y de plantas de tratamiento y procesamiento de los residuos se han sumado a una huelga que ya es más grave para el establishment político-económico del país y de su entorno en décadas (incluida la patronal española) que las huelgas generales de UGT y CCOO en mucho tiempo. Otros almacenes como los alimentarios también empiezan a ser bloqueados, incluyendo mercados de alimentos. La patronal ya ha salido a llamar terroristas a los huelguistas. Nada nuevo bajo el Sol.
2 La huelga Robin Hood
Del mismo modo, la huelga ha llegado al sector nuclear, de fuerte implantación en la producción energética de Francia, produciendo cortes y racionamientos eléctricos en multitud de provincias. Según los medios franceses -no esperen ver medios a los españoles informando salvo que interfiera con la Eurocopa-, los trabajadores de las plantas están cortando la electricidad a los ricos y empresas para conectarla a los pobres.
Esta peculiaridad está llamando la atención en todo el país puesto que no podría haber mejor mecanismo para que los poderosos se den cuenta de que ya cayó el Antiguo Régimen y deben gobernar para el pueblo, que el hecho de que noten en sus carnes los efectos de la huelga. Mientras, en España se llamaba terroristas a los que realizaban escraches.
Los obreros franceses de la electricidad están siendo los más fuertes a la hora de ganar apoyos de las clases populares, han ampliado la huelga y han cortado la luz de los actos gubernamentales más mediáticos, ganando visibilidad y asestando duros golpes simbólicos a Hollande.
3 Sindicalismo
El sindicato de referencia en esta huelga es la CGT, de los mayoritarios en Francia. Han convocado una huelga general masiva para este 14 de junio. Su movilización está siendo tan grande como en las precedentes, pues el movimiento sindical francés es bastante más combativo que el de sus vecinos europeos. En la última gran movilización superó el millón de personas protestando en las manifestaciones.
En los medios de comunicación españoles Francia aparece en los telediarios tan solo para mencionar las inundaciones de París, nada más. El descaro es real. La huelga está siendo reprimida con dureza, llegando las fuerzas del orden a gasear manifestantes y encarcelar sindicalistas. El Gobierno francés ya está valorando militarizar el país y confiscar salarios de los trabajadores en huelga en sectores clave, bajo pena de prisión. Próxima parada: la Francia de Vichy.
4 Ley del trabajo
Hollande y sus liberales encabezados por el barcelonés primer ministro de Francia, Manuel Valls, han decidido acabar con la jornada laboral de 35 horas. De hecho, el salario en Francia es de media el doble que en España, pero nuestro país sufre un terrible síndrome de desclasamiento. Del mismo modo que con las reformas llevadas a cabo en España, esta ley dejaría en papel mojado los convenios colectivos y reduce drásticamente la indemnización por despido.
Además debido al escaso apoyo del que dispone François Hollande entre la población, rondando el irrisorio 10%, ha llevado a que la huelga tenga un apoyo mayoritario, logrando recaudar miles de euros para espolear a los huelguistas. La reforma de la Ley del trabajo llevaría a los trabajadores franceses a lo que la Troika ya ha impuesto a los países del sur: la precarización de las condiciones laborales y de los derechos de los obreros. Ahora también Francia.